Todos los años crecen salvajes por las esquinas, escondidas. Hace un año decidí coger alguna para que creciese en una maceta del balcón. Quería tenerlas cerca, vigilarlas, espiarlas y cuidarlas mínimamente para ver qué tenían que ofrecerme como pago.
Estoy muy satisfecha.
Mirad con vuestros propios ojos la belleza de unas fresas salvajes, los colores, la convivencia del verde con el rojo en todas sus tonalidades, con los tostados y marrones, con los morados, con la negrura de la tierra y el blanco de sus flores.
Ni os imaginais el sabor de sus pequeños frutos. Es masoquismo el comérselas, pues siempre quedas con ganas de más....
¡Y el aroma debe ser increíble! Cada día que leo tu blog, reflexiono sobre todo lo que me pierdo viviendo en una ciudad.
ResponderEliminarSe te dan de maravilla las fresas salvajes mmm qué ricas! Y las hojas son perfectas!
Biquiños salvajes :)
Estuve a punto de comprarlas el otro día,las había colgantes y de maceta.Pero pensé que darían pocas fresas, y terminé por no traer nínguna.
ResponderEliminarDespués de ver las tuyas,ya me arrepenti!
Besitos
el fruto es algo que crece con el mimo, hinchándose, esplendandizándose, como esas fresas rojo-rabioso. las fotos son chulísimas!
ResponderEliminarSi el masoquismo radica en desear más de una delicia, se me ocurren unas cuantas cosas que serían propias del Marqués de Sade. Sí, entre ellas la que estás pensando. Que hermosa la sensación de la recogida para el que siembra. No sólo esa, la de ver crecer, la de convertirte en semidios siendo "dador" de vida. Bienaventurados los que siembran sin esperar nada, sin ver nada que crecer. Sin ser vistos. Sin pretender recoger.
ResponderEliminarParo. Me dejo contagiar de la magia de tu rincón. Aissss
Yo a eso no le llamo fresas, son "AMAROTES", amarotes de toda la vida. Los que recogemos desde que eramos pequeños, clavados en el tallo de una planta para después llegar a casa y devorarlos.
ResponderEliminarAMAROTES!!! QUe ricos!!!!
¡Menuda pintaza teñen! Se paso eu por ahí cerca xa non te quedaba ningunha. Ummmmmmm!!!!!!
ResponderEliminarUn saúdo.
Niña.....me has convencido. Ñam....
ResponderEliminarNo tengo la suerte de cultivarlas, pero me encantan.
Tienen muy buena pinta las tuyas.
Oye....y las fotos...¡Estás hecha una artista!!
Enhorabuena.
P.D: En cuanto a las alfombras de Corpus C. no se yo si de tu pueblo vienen al mio a hacerlas (y viceversa) como tu dices. Que estoy en Canarias!!!!!!!!!!
Besos.
Neli.
Pois o certo é que o ano pasado plantei unha ducia de plantiñas e tiven fresas para tódalas fins de semana durante meses. Este ano xa tripliquei o número de plantas e dende hai tempo que ghoso coma un anano da súa recolección.
ResponderEliminarDeben de ser das froitas máis agradecidas para o seu cultivo e producción. Case non necesitan coidado ningún e dan moitísimos froitos.
Eh! Ya sé que estás en Canarias Neli!!! jajaja, de allí mismo dicen ellos que vienen jajajaja... y para allí dicen estos que van. Si se pierden los de aquí por el camino yo ya no sé...jejejeje.
ResponderEliminarUn puntiño de masocas témolo todos. Agora ben; eso de quedar con ganas de máis, non nos engañes...é vicio!!!!
ResponderEliminarUn biquiño policromático
Bocado minimalista el que ofrecen tus preciosas fotos (lo de minimalista lo digo por el tamaño, que desde aqui, parecen pequeñas, pero ya se sabe que las mejores esencias dice el dicho que lo dice, que vienen en pequeños tarros)... me pierdo...
ResponderEliminarPreciosas fotos, preciosas fresas, ricas que deben de estar...
Bicos.
Manda unas cuantas!
ResponderEliminarAuténtico sabor de amor.
O de lo que cada uno quiera sugerir.
Yo soy más de rosas.
Un (b)eso!
Hola, qué maravilla de fotos y que maravilloso lo que muestran. Que las disfrutéis muchísimo con todos los sentidos!!
ResponderEliminarGeniales también las del Corpus.. algo había visto ya, pero no deja de sorprenderme, qué dedicación y qué bonito queda... podían dejarlo así.. ohhh (no sería práctico, ya se, je je). Que bueno que por lo que sea, ese día, nunca llueva... es muy curioso... pero no será casualidad, eso seguro.
Besos.