viernes, 26 de abril de 2013

Cuenca do mi lamento...

Pues...
Aquí os dejo mi último enredo..
Un enredo muy agradable... Casi siempre procuro enredarme con suaves y agradables nudos. Tiro de aquí, tiro de allá... y siempre una finísima presión sobre mi neuronal tejido me sorprende gratamente.
La poesía me inspira un profundo respeto y admiración hacia aquellos capaces de doblegar sentimientos e ideas hacia sus delicadas pero estrictas formas. Es un género que me gusta pero del que no siempre disfruto como es debido, pues su lectura necesita una atención y un estudio que no vale para una perezosa como yo. Siempre quiero dedicarle más... pero me rindo pronto... Ya no hablemos de escribirla. Me gustan los retos, lo he intentado, y alguna cosa escribí, pero no me desenvuelvo muy bien. Poca paciencia, mucha atadura, y cada vez valgo menos para reprimirme. Lo mío es vomitar las palabras, para bien.. para mal. Algunos dicen que vomito bonito... En fin.
Suelo relajarme en otros géneros en los que no necesito el diccionario ni estar tan literaria e históricamente ilustrada.

Yo que no sé hacer nada pero hago de todo, me doy el capricho y me canto este soneto de Luis Varela, poeta y melómano que nos regala sus creaciones en google +
No es la primera vez que usamos algún verso de Luis para una canción. En Libertario nos regaló muy buenos versos, pero... la música ya estaba hecha y un soneto no entraba en ella. Ahora me había yo quedado con la espinita de hacerlo al contrario, que los sonetos de Luis bien lo valen. Quise construir la canción a partir de la letra, no como vengo acostumbrada a hacer: encajar melodías y letras en piezas instrumentales que nacen del genio de raúl.
Así que, enredo al maestro para crear la música en la que entre este bello soneto, ya enmelodiado. Luego Luis me regala la voz de su amigo Fernando Fajardo, poeta y gran recitador, para engalanar este lío mío y elevarlo hasta donde está...

Y ahí está. Aquí está.
De cómo un bello paisaje puede ser una eterna condena.


Gracias

sábado, 13 de abril de 2013

Cuando 2...

Aquí, que nadie nos ve ni nos oye, entre nosotros, amigos... Confieso que este tema me tiene enamorada!!!
Es tan potito...
Y tampoco lo estropeo tanto... Me lo paso tan bien...


Raúl la canta mucho mejor.
No os la perdáis: https://www.youtube.com/watch?v=SRagOSJKS9o

sábado, 6 de abril de 2013

Y yo qué sé.... La nominación nunca fue mi fuerte, ni falta que hace. Esto es lo que es, juzga por tí mism@ aquí y ahora, al estilo I-Ching.

Últimamente tengo todo esto abandonado. Todo esto es el blog. Solía venir aquí a entretenerme, dar rienda suelta a la cabeza... A veces inventando, otras desnudando un poco el alma, incluso obscenamente, pero eso era cuando este blog era más anónimo. Oh, sí, amig@... si rebuscas en el archivo quizá encuentres algunas intimidades. 
Ahora sigue siendo anónimo, pero ya mucho menos, se me puede seguir la pista, nunca se sabe quien puede venir a leer, aquí, mis cosas... No me molesto en ocultar demasiado, me da pereza, me digo "qué más da ¿acaso a estas alturas necesitas ocultar algo? ¿sientes pudor?" Y sí, claro, todos tenemos necesidad de expresar y mostrar, pero también de ocultar, para protegernos... a saber... y a quién podrían importarle mis movidas, mis psicosis paranoias y obsesiones... mis miedos, mis debilidades... 
Al fin puede más, la necesidad de ser leída o escuchada, de mostrarme al mundo, al desnudo, y convencerme de que soy bella, y merezco que me quieran. Que no tengo enemigos.......... Pero no sólo los enemigos hacen daño. Y el daño que te hacen los no enemigos suele ser más venenoso y cruel. Éche así. 
He descubierto que en realidad es mucho más sencillo permanecer oculta, pasar desapercibida, que hacerse famosa. Que puedo desnudarme aquí sin demasiado riesgo, que sin marketing publicidad y relaciones públicas soy como una pequeña aguja en un pajar. Soy común, aunque me sienta singular y de hecho lo sea, no importa. Pero tampoco me importa a mi, aquí, me gusta este espacio íntimo-público. Todos necesitamos que nos acepten y nos hagan existir haciéndonos caso, viéndonos, sabiendo que estamos aquí y aportamos algo único que no habría en el mundo si no estuviéramos. Lo que quiero decir es que no hace falta ocultarse mucho, porque a la mayoría no le interesamos en absoluto, salvo que tengamos que ver estrechamente con ellos, un interés egoísta en general, y en particular.
Y parece fácil llegar a lo que nos mueve, a la mayoría. Cuáles son nuestros intereses, qué es lo que llama la atención. 
Buscamos sentirnos identificados, importantes, y alimentar nuestro ego, una monstruosa y pesada criatura que nos mueve por caminos tortuosos.