Me llueve en la cara. ¿Soy yo?. ¿Sí?. ¿Yo en una muerte anterior?. Vestida de largo y oscuro, el pelo negro y revuelto se me pega mojado a la cara. Abre los ojos: son claros. No. Yo no soy así. ¿Acaso soy la misma lluvia que le cae en la cara? ¿Dónde estoy?. ¿Por qué me veo así?. ¿Nadie tapará la tumba para resguardarla de la lluvia?. Estoy sola. Tengo que salir de aquí. Shsssss. Duerme. Duerme. Duerme.¡NO!. Mi cuerpo convulsiona venciendo la inmovilidad que me ata. Convulsión voluntaria, más voluntaria que nada, si puede así definirse una convulsión... Se acaba el murmullo. Se acaba el movimiento. Espanto a las criaturas que me inducían al sueño para seguir con sus secretas y espectrales tareas...
No llueve. El niño tose desde su habitación. Voy a arroparlo. Vuelvo a mi vacía pero todavía templada cama y la mediolleno. Enciendo la tele. Bendita teletienda.
¿Qué sería de los hombres si no pudiésemos soñar? Y lo bonito que es recordar los sueños... Es lo mismo. Sueñate en muerte, en lluvia, en tumba, en tierra, en vidas anteriores o por venir. No dejes de soñar, aunque aquello que sueñes no sea bello. Y cuéntalo de esa manera tan tuya con que lo haces. Sueñate en mar, en ola, en brisa marina, en pez, en sirena triste. Y vuelve para contárnoslo.
ResponderEliminarES complicado eso de soñar, sabiendo que sueñas, siendo consciente, pero sin ser capaz de gobernar aquello que sueñas, ni de despertarte....
ResponderEliminarSueña bonito, y abandonate a ello...
Bicos.
Algo parecido me pasa a mí a veces, diez minutoa antes de que suene el despertador para ir a trabajar...
ResponderEliminarjoer, qué angustia!! bendita teletienda, sí, que nos conecta con la perfecta efabilidad del mundo humano y corriente
ResponderEliminar¡Menudo pesadelo! ¡Menos mal que despertaches!
ResponderEliminarUn saúdo.
Aínda bo que despertaches a tempo!!
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