viernes, 27 de marzo de 2009

EsPíRitU EróTiCO

Era imposible no verlo. Ejercía sobre ella una atracción irresistible...
Olvidó por completo lo que iba a hacer y empezó a sentir una música, un ritmo, justo ese ritmo, que no sabía si salía de ella misma o si emanaba del tronco, de las ramas de aquel majestuoso y antiguo magnolio, que estaba esplendorosamente roto en un millón de flores omnipresentes. Fuese como fuese hacía vibrar sus sentidos, sus membranas, sus puntos... erógenos. 
Crecía según se acercaba. Cuando estuvo debajo de él la música lo invadía todo, y el justo ritmo golpeaba suavemente, pero con contundencia, la membrana excitable que se había extendido a todo su cuerpo, y que estaba a punto de caramelo cuando empezó a mecerse lascivamente, deseando que ese momento se hiciese eterno. El baile dejó de ser tímido y comenzó a ser lujuriosamente exagerado. No había nada más en aquel lugar, el espíritu del árbol la había elegido como su amante... y ella sólo podía dejarse llevar por aquella poderosa seducción. Siguió moviéndose y dió rienda suelta a sus sentidos que se colmaron inmediatamente dejándola al borde de la sobredosis..
Se dejó caer sobre la alfombra de pétalos... Sin poder evitarlo arqueó todo su cuerpo de forma casi imposible y rozando el dolor entreabrió la boca para dejar salir un apremiante gemido que venía de lo más profundo de su ser... Los demás, incontables que vinieron después, se le resbalaron de los labios atropelladamente. Abrió los ojos pero la visión de aquel cielo azul preñado de exhuberantes flores se le hacía insoportablemente placentero, tanto que temió que todo acabase y los cerró intentando no extasiarse demasiado pronto. Sin embargo había más sentidos en alerta, más agujeros, más entradas, más cauces para llegar a su interior, a su sobreexcitado cuerpo, a su sobreestimulada alma, como su nariz, como sus oídos que sólo escuchaban aquel ritmo que marcaba el fluir de su alterada sangre por todas las arterias, llevándolo a todos los rincones, incluso, y sobre todo, a su palpitante sexo. Quizá se muriese de tanto placer, pero no importaba. Cuando se atrevió a abrir los ojos de nuevo se vio flotando en una lluvia de pétalos rosados, blancos y violetas. Sintió invisibles e infinitos dedos que se escurrían suavemente entre sus ropas y urgentes la iban desnudando, atendiendo a sus ansias de libertad, de entrega. Les ayudó y pronto hubo una dulce mezcla de húmedas y cálidas fragancias en aquel lugar de ensueño que iba más allá de su piel, se precipitaba en su interior sin fondo y salía también disparado hacia el cielo sin poder alcanzar los confines del universo en expansión. Aquello lo era todo. No había nada más.


Y de la nada salieron un par de hombres uniformados que detuvieron e intentaron tapar con una mantita, a todas luces insuficiente, a la trastornada de mirada perdida y satisfecha sonrisa que, desnuda, bailaba bajo el centenario magnolio de los jardines del ayuntamiento.
Una muchedumbre se había arremolinado alrededor sin que nadie, salvo los del 061, se hubiese atrevido a interrumpir semejante espectáculo, respetando el amplio círculo que dominaba el Árbol. Los hombres miraban curiosos y algunos visiblemente excitados. Las mujeres también, pero su mirada se complicaba además con un punto de envidia: ¡cómo les gustaría tener un árbol así en sus jardines particulares!! Aissssss.

miércoles, 18 de marzo de 2009

La Estación de los Amores

- Señorita ¿baila?
- No, no baila..

YO

NO

HE

SIDO


¿Habrá sido el viento?
Habrá... 
Sería. 
Y si fue... ?

lunes, 16 de marzo de 2009

Mírame y no me soples..


Imperdonable.
¿Es imperdonable que te mire y no te sople? 
¿Es imperdonable que te sople y te destruya?
¿Por qué de repente me siento un elefante... rosa?
¿Estaré delirando? Horton no era rosa. El rosa es el de la cerveza.
Y Rosa es un color, anodino, salvo el fucsia, pero ese ya es más fucsia que rosa. También es un nombre,  de mujer. Y entonces suena rotundo. Será por la belleza.. espinosa. O por mi tía, que también era rotunda. Será.
Y Rosa es también una flor, la reina de las flores. No como tú: tú sólo eres un montón de semillas al viento, nada más... y nada menos.
Te oigo susurrar: "sóplame, sóplame.." 
Normalmente no te hace falta ni eso. Tus encantos son ineludibles.
Pero yo soy un poco cabrona. Para hacerte rabiar hago como que no te oigo, como que no te escucho, como que no va conmigo..
Te me enfadas un poco: "SÓplamE, SÓPlamE, SÓPLamE.."
Canturreo, mientras te fotografío, esa melodía de Metallica, como se titulaba, ah! The Unforgiven. 
"SÓPLAME SÓPLAME... ¡¡QUÉ ME SOPLES!!"
No importa que me chilles. Tendrás que esperar al viento. 
Me levanto y me voy con tu imagen más seductora... 
Malota que es una.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Hipersensible

Miraba insistente a la pared. Sentada en el respaldo del sofá, destrozado de afilarse las uñas por detrás y tapado con fundas baratas y gastadas, olisqueaba el hueco que había quedado palmo por palmo. Su escenario, su lugar, había sido profanado. Alguien había quitado el cuadro y dejado aquella sombra más clara en la pared sin preguntarle primero. Yo pasaba de un lado para otro observándola de reojo. Entendía su comportamiento, y me contrariaba molestarla así. Estaba moviendo sus cosas sin previo aviso, sin anestesia previa. Sobrenaturales, hipersensibles, los cambios pueden volverlos locos, pueden incluso matarlos. Son animales de costumbres, siguen sus itinerarios de forma idéntica cada vez. Pasaba todos los días por detrás del jarrón, no por delante, por detrás. Repetía día tras día lo mismo, obsesivamente.
Saben si es sábado o domingo, saben cuando toca comer, cuando toca dormir, cuando toca pasear. Saben cuando el sol se refleja en aquel azulejo, en 3, 2, 1, y ahí está para recoger ese mimo caluroso. Saben cuando llegas, cuando tienes ganas de acariciarlo y cuando es mejor hacer mutis. Hipersensibles. Saben que tiempo hace y que tiempo hará. Perciben los campos electromagnéticos, el imán terrestre, y las corrientes telúricas. Hipersensibles a los olores, a los ruidos. ¡Odian las estridencias! ¡pueden llegar a desquiciarlos!. Y son viciosos del calor. ¡Cuántos no habrán muerto encerrados en el horno! El olor a pelo chamuscado en el taller del herrero. Aissss.
Detectan vibraciones... hasta las más mínimas. Ondas y energías: esas almohadillas en sus patitas y esos largos bigotes. Y siempre caen de pie, ese rabo que les sirve para eso. Así es que los siameses (con el rabo torcido por defecto genético) son algo más torpes.
No llevan bien los cambios. Son los típicos animales de las brujas, magos... Es lógico sabiendo lo sensibles que son a todo lo que les rodea. Ellos perciben esas cosas que se nos escapan a los atrofiados humanos, que no miran, que no escuchan. Las personas a veces vemos, otras oímos, incluso ambas, sentimos poco, y sin embargo no callamos, ¡arrogantes!. Silencio. Los gatos son animales silenciosos (salvo cuando copulan o están en celo... como debe ser... ), discretos, sigilosos, observadores, reflexivos. Descansan y duermen mucho porque sería insufrible tener tantas horas de vigilia hipersensible. Y por eso es necesario que todo sea igual día tras día, todo lo que se pueda, pues lo demás saltará como una liebre y les obligará a prestar atención.
"Ese cambio que me está matando.
¿Por qué me han sacado el cuadro de las olas de aquí? No huele, no está. Mi realidad hecha añicos."
Obsesivamente olisqueaba la pared palmo por palmo. Pero lo peor estaba por llegar. Nos mudábamos. Adiós Madrid. Hola otra vez, miña terra galega.

martes, 10 de marzo de 2009

Contexto y a lo loco

No me veo. No soy la reunión de mis partes. Ni siquiera en la misma foto puedo verme. No me reconozco. Mira, cógeme ese ojo, amplíalo, no, no estaba enfadada, pero lo parece. Cógeme la nariz. Es grande. Y sigue creciendo. La nariz nunca deja de crecer ¿no lo sabías?.
Y cógeme esa boca. Siempre me gustó mi boca, y, sin embargo, tiene una difícil sonrisa, yo, que me siento de sonrisa fácil... Las comisuras de los labios apuntan permanentemente hacia abajo. El labio superior es fino, desproporcionado con el inferior, fíjate bien, 
cuando la sonrisa es total casi desaparece y los dientes toman protagonismo, tan normales ellos. Mi piel es extrañamente pálida y cálida.  Me veo rara. Yo no soy la reunión de mis partes. 

Es por el contexto. El contexto me da cierta identidad, cierto dominio sobre mi misma. Tú formas parte de mi contexto. Y tú, y tú también. Más personas de las que yo pudiera imaginar forman parte de mi contexto, del enunciado de mi misma. Personas y también lugares. Mi casa es parte de mí, mi trabajo también. Sé que hay quien me mira dentro,  y busca en mi esencia porque yo no soy la reunión de mis partes. Yo lo hago así. Me busco, y a veces me encuentro. 
Dicen que a los 20 tenemos la cara con la que nacemos, a los 40 la que nos ha dado la vida y a los 60 la que nos merecemos.
También dicen que la cara es el espejo del alma...
Incluso dicen que las personas se parecen a sus perros... jajaja
Y dicen dicen dicen..
Dicen que..

miércoles, 4 de marzo de 2009

Historias... por falta de huevos


Entonces le anulo la otra.
( )
Ben, pois quédalle así, o luns as nove e media..
(Cuelgo y la miro a mi lado con no sé qué papeles)
Qué vicio tienen... No sólo piden cita, sino que vuelven a llamar y la cambian, a veces más de una vez. E logo din que somos inaccesibles, e queren poñer unha Central de Chamadas para que contesten á primeira.
Estaste a volver mala (me lo dice coqueteando)
Lo sé (sonrío). Una rosmona. Pero tengo razón.
De seguir así vaste converter en Manolo. Xa che estou vendo inventado historias...
Yo no me invento historias, qué dices... Manolo inventa historias porque no tiene los huevos de ir con la verdad por delante.
Xa o sei. Eu non teño ningunha dúbida de por qué Manolo se inventa historias.
Me acuerdo de aquella vez que se hacía el tonto delante de uno mientras me guiñaba el ojo, y el tipo, que resultó ser más listo de lo que parecía, le suelta "¿por qué le guiña el ojo a su compañera? ¿se cree que soy idiota?" jajajaja
Jajajaja. Sí. Éche un caso.
Y va y se pone a disimular frotándose el ojo como para sacarse algo que se le había metido y serio decía "no hombre no, que creo que se me metió algo" jajajaja
Jajajaja
Yo no me podía aguantar y me tuve que meter pa dentro.
Qué risa.
Sí.
Pero yo no soy así.
No. Ni yo.
(...)
Jasjasjasjasjasjasjas

domingo, 1 de marzo de 2009

Patacas fritidas


Pelaba las patatas, lo más fino que podía... La habían enseñado de ese modo, era un desperdicio pelar las patatas gordo. Fino. Que no se vaya media patata en el proceso. Qué pasa... ¿eres rica para pelar las patatas así?.  Ahora usa un pelador, con mango en forma de zanahoria, no el perpetuo cuchillo afilado mil veces que usaba mamá desde que ella tenía uso de razón. Y está en su casa, no en la de su madre, pero no puede evitar el pinchazo de culpa cuando le sale un poco más gorda la peladura...  Siempre las culpas... Así que se esmera para hacerlo rápido y bien, como debe ser, como su madre intentó enseñarla.
Sonó en la radio la sintonía del sorteo diario, una ratonerilla pero efectiva. En otro tiempo la habría importunado y habría cambiado el dial inmediatamente. Hoy puso una sonrisa de resignación y la dejó sonar sin darle demasiada importancia. Escuchó el bombo de fondo y la bola que caía. Dejó que el número aflorara en su mente libre antes de escuchar: 5
El cinco. Qué mediocre el cinco, con esa rima tan tonta..
Siguió el sorteo. Número tras número fueron apareciendo en su cabeza siempre antes de escucharlos. Nunca había sabido cómo era el proceso. No sabía si el hecho de que ella pensase en él hacía que saliese del bombo o si justo antes de salir su cabeza adivinaba cual sería el azar esa vez. ¿Quién adivinaba, ella o el bombo?
Así había sido siempre. Por más que intentó anticipar su poder no hubo manera. Unos segundos, un par de segundos antes. Y sólo con los números. No podía adivinar catástrofes ni otras verdades. 
Sólo adivinaba números, y muy poco antes, demasiado tarde al fin... Había llegado a desquiciarla
Curioso ¿verdad?. Siempre echan en cara a los adivinos que no se hagan ricos con la lotería...

El hecho de adivinar el futuro exige que esté escrito en algún lado, que el libre albedrío se contamine con profecías, incluso que desaparezca del todo. Quizá, si ella no intentase adivinar aquellos números no serían los mismos. 
¿Hasta qué punto los profetas no cambian el futuro sólo por intentar escribirlo? ¿Sería el futuro igual si no lo hubiesen profetizado?
¿O tendría el libre albedrío caducidad?
La caducidad varía de un par de segundos a unas milésimas antes de que pase lo que tenga que pasar. Había un punto sin retorno: lo tenía muy bien medido en el caso de las loterías.


Echó las patatas cortadas en la sartén con el aceite bien caliente. 
Se quejó ruidosamente porque ya empezaba a humear un poco después de haber dorado la primera patata, la que su madre le había enseñado a echar antes, para que cogiese todos los malos sabores del aceite usado.

Se preguntó si ya estaría hecha la carne de la olla.... La abrió y comprobó que sí, que estaba más que hecha. Churruscada estaba.
Lástima de cabeza... 
Él entró en la cocina y la miró un poco compungido.
No hicieron falta palabras. El pueblo habló. Libre albedrío. Libertad de elección.