viernes, 24 de enero de 2014

De mamás

Una de la mañana.
Me quedo adormilada en el silloncito, al lado del sofá nuevo. Hacía un rato me había sentado en la silla cerca del radiador, bien pegadita... hace frío. Y allí, con la tele bajita escuchando "cuando conocí a vuestra madre" y luego "big bang theory" voy acabando la muestra calavera.
Es curioso, que estos últimos días la muerte ronda por todas partes... En los blogs, en nuestras vidas reales, en las vidas de los amigos, virtuales... y hasta en los motivos a ganchillo...  Es curioso.
Me despierto y reviso que todavía está allí, la muestra acabada ya... No quedó mal. Pero no seguí el patrón a rajatabla, no lo tenía, me guié por las fotos... no tenía ganas de ir al ordenador a buscar la página con las instrucciones en sueco (y las entiendo mejor en sueco que traducidas con el google...)
Una y media. Es muy tarde. Me voy a dormir.
Tres de la mañana. 
- Mamáaaaa - me levanto zombi y me dirijo a la habitación de la nena
- Qué pasó mi reina... - sentada en la cama me mira como un poco enfadada
- Quiero ir a dormir a la cama de mami
- No puede ser mi cariño, ya te dormiste en la cama de mami, tenemos un trato, hasta que te duermas y luego en tu camita, que papá tiene que madrugar mucho y necesita dormir. Mañana otra vez te duermes en la cama de mami ¿vale?
Protesta un poco. Le ofrezco agua, pero tuerce la cara...
- Venga, vamos a dormir ¿sí? - la acaricio el pelo y le doy un beso. Intento acostarla, pero se resiste un poco y vuelve a protestar...
- ¿Agua? 
Dice que sí con la cabeza y bebe el sorbito calmante. Se deja acostar. La acaricio hasta que vuelve a dormirse.
Seis de la mañana. 
- Mamáaaaa, quiero pis - me levanto de nuevo zombi. Papá ya no está. Ahora si quiere puede venir a dormir a mi cama...
- Voy - antes de entrar en la habitación cojo el orinal del baño. La pongo a hacer pis. 
- No hicí pis en el pijama mamá - me dice orgullosa mientras se aparta los rizos rubios de la cara.
- Muy bien mi cariño, así se hace 
La limpio y le coloco de nuevo el pijama. Ella me ayuda. La pongo a dormir de nuevo, si no me pide no la llevaré conmigo. La arropo. 
- A dormir
- Quiero una muñeca
Le busco una muñeca para metérsela en la cama. La abraza complacida. Se duerme.
Me llevo la pis y la tiro intentando no hacer demasiado ruido... No quiero despertar al mayor. Me meto en cama. Miro el reloj... ya queda poco para acabar la noche...
Siete menos cinco.
- Mamá
Esta vez no me levanto. Fue el mayor. Le digo desde cama - Ven cariño, a mi cama si quieres...
No contesta. Igual no oyó. Suena el despertador. 
Vuelvo a decirle - Ven si quieres.
No contesta. No viene. Recunco. Siempre pongo el despertador bastante antes porque me cuesta levantarme...
 Ocho y media. Dos graznidos me despiertan. Me levanto. Es tarde, pero seguro que hoy, que me levanto más tarde que en toda la semana, va y no llegamos tarde al cole...
Entro en la habitación del mayor, él se incorpora un poco y dice lo de todos los días: - Cinco minutos más... porfi...
Y yo contesto lo de siempre: - Vaale, pero sólo cinco. Voy haciendo el desayuno y luego vengo.
Nueve y media de la mañana. Entramos en el cole. 
Le digo al niño: - Mira, hoy llegamos bien, por fin... Después de 4 días de ensayo, el viernes llegamos puntuales al cole. Y eso que me levanté más tarde que en toda la semana... Cómo explicas eso ¿eh?
- Porque yo me vestí muy rápido hoy mamá
- Es verdad, hoy te pusiste las pilas. A ver si sigues así toda la mañana en clase. Acuérdate de llevar bien la libreta, la fecha en boli negro, ordenadita y con buena letra... como quiere la profe...
- No sé mami, me dice con media sonrisa... Creo que gasté todas las pilas con lo vestirme rápido y no me van a llegar.
- Será posible. Anda, dame un beso y para dentro Romerales. Te quiero
- Te quiero mamá - me dice sonriente
- Chao Aldara! - intenta darle un beso a su hermana, pero ella lo rechaza
- Déjala, da igual - 
La nena está enfadada hoy, y no quiere entrar en el cole.
El profe me echa una mano. Venga Aldara que ya es viernes.
- Dame un beso - no me lo da - Pero... que me des un beso - se ríe y vuelve a escapar - Venga, un beso grande - Al final me lo da y entra a regañadientes. Me quedo un poco escondida fuera mirando por el cristal que no quede llorando. No, no llora. Sólo quería mimitos y atención. Ahora tiene la atención del profe, que la ayuda a sacarse la chaqueta.
No vi entrar al reisiño por la puerta del cole de los grandes. Habrá entrado ya... supongo. No queda casi nadie fuera. Siempre una espinita por no prestar atención... un descuido es suficiente... Pero no. Es difícil, muchos papás conocidos, profes, el conserje en la puerta ya cerrando... No nos pasará a nosotros.
Diez menos cuarto de la mañana
Enciendo el ordenador, sólo un poco... Tengo tanto que hacer....
Igual no debería. 
Seguro que no debería. No existe sólo un poco con esta máquina infernal.

A veces, creo que mi vida se ha convertido en un montón de "qué tarde es"
No puedo seguir así.
No puedo seguir.
No puedo.
No.

domingo, 19 de enero de 2014

El olvido. La memoria. La vida.

Vengo necesitando escribir ya hace unos días.
Escribir, ficción, realidad, amasijos... Como siempre.
Pero no sé si puedo mostrarlo al mundo. Quién espera leerme, quién me lee esperando algo. ¿Se me lee para dar o para tomar? ¿Qué necesito yo, dar o tomar? Escribir para que me lean... Escribir para mi, para leerme, para entenderme, a mi, al mundo, a mi mundo... ¿Y qué pueden significar para otros mis historias, mis idas y venidas, mis viajes cerebrales, espaciales, mentales, sensacionales?
Porque últimamente viajo mucho... no creáis.
Voy y vengo, vengo y voy, y lo cierto es que me doy cuenta de lo mucho que probablemente me invento, de las muchas lagunas mentales que voy llenando con mi agua, con mi sangre, con mi sudor, con mis lágrimas, con mis líquidos, con mis gases...
Que pasa el tiempo y me olvido.
Me olvido de las cosas, me olvido de los lugares, me olvido de los nombres, me olvido incluso de las personas, que aun están, o que ya no están. Me olvido. Y desaparecen para luego aparecer sorprendiéndome cuando las descubro nuevas. Y cuántas veces ha ocurrido, y cuántas ocurrirá. Y qué pasará cuando no distinga, lo que es de lo que no es. Lo que fue de lo que no fue. Y qué importará. 
Nadie hablará de nosotros cuando hayamos muerto. 
Quién quedará que nos nombre, ya no con su boca, si no en sus pensamientos y recuerdos....
Y qué importa.
Qué importa eso.
Luchamos contra la ignorancia, pero la ignorancia, lleva las de ganar.
Me urge entonces escribir, para no olvidar, para plasmar aquí las mentiras y las verdades todas amasijadas.... porque todas conforman una verdad, que tiene mucho que ver conmigo, que me define, y no sé por qué... me aterra olvidarme de mi, que la inconsciencia gane la partida, que la ignorancia recupere todo el terreno conquistado una vez, con más o menos esfuerzo, morirme y dejar de existir... Pero cuanto más avanza el tiempo, más frágil me siento. No sé si frágil o más bien impotente. Sigue la arena resbalando y se pierde abajo, porque quizá esté roto el reloj, y ya no se podrá dar la vuelta para volver a empezar, y hacerlo mejor... 
¿Sólo se vive una vez?
No. Vivimos infinitas veces. La muerte no existe, somos eternos; no así la consciencia. De qué vale no morirse si te olvidas de ti, si la ignorancia, siempre gana.