domingo, 10 de agosto de 2014

Horrores que no caben debajo de la alfombra

Sigo pensando. Vengo de aquí: Sentimientos, instintos, realidades...
Las imágenes que nos bombardean desde las redes sociales, las noticias del telediario, las injusticias y crímenes que se comenten a lo largo y ancho del mundo y que llegan a nosotros completas o incompletas, distorsionadas o cercenadas: alimentan el odio. Creo que ese es el problema, canalizar todo ese bombardeo de información negativa, odiosa, que destruye la fe que puedas tener en la humanidad, en el progreso positivo, en la capacidad del ser humano de hacer cosas increíbles y buenas: milagros...
Esas manifestaciones del horror, que habita en nosotros también. ¿Sería yo capaz de involucrarme en algo tan horrible? A priori parece que no. Me parece impresionante tanta gente de acuerdo en hacer tanto mal. Desde Hitler, pasando por otros genocidios sistemáticos... apoyados por tantos... porque si no, no se podrían llevar a cabo... Unos pocos malos no pueden hacerlo solos.
Entonces nos queda la opción de la ceguera... No son malos: están confundidos. Son dignos de lástima. Si algún día se dan cuenta de todo el sufrimiento que han producido no podrán vivir con el peso de la culpa.... Cómo perdonar cosas tan terribles.... 
Es importante no darles el poder de generarte odio, supongo. Pero es difícil... 
Cuando ves madres llorando, niños muertos, hospitales y colegios bombardeados... diputadas que dicen barbaridades... sin ningún pudor...
Es realmente difícil no dejarse llevar por la rabia y el odio, que es lo que alimenta las guerras, el lobo malo...