jueves, 3 de julio de 2008

Un refresco, por favor

Y en esta madrugada de insomnio me pregunto si quizá soy demasiado fría, si quizá soy demasiado ácida, como el hielo y el limón de esta tónica. Pero hasta el hielo y el limón tienen sus virtudes, pues refrescan, y quitan la sed en este tiempo de calor.

Llevo unos días muy duros en el trabajo. La gente está más loca que nunca. La paranoia está en sus caras, en sus discursos, en sus reproches. Me pregunto si no será contagioso, si no estaré paranóica yo también. Pero no. He aprendido a distinguir. Sé cuando tengo que espantar los miedos, los pensamientos absurdos y destructivos. Sí, sí que sé.

He aprendido a guardar las distancias siendo amable. He aprendido a no juzgar, o, al menos, si no he podido evitarlo, he intentado disimularlo, y a actuar como si no hubiese juzgado y sentenciado, para evitar injusticias. Pocas veces la gente se toma esas molestias. Yo creo que es una norma de civismo y buen comportamiento. Todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Y aun siendo culpable hay que tener en cuenta todas y cada una de las circunstancias que concurren en el caso. Así creo que debería ser. Intento no ser jueza, porque además me estresa muchísimo, pero más me estresa todavía ser acusada.

Y aun así debo decir que no siempre consigo lo que intento. Creo que yo más que nadie soy consciente de mis errores y defectos, y además soy la primera damnificada.
Soy de sonrisa fácil. Quizá sea una sonrisa nerviosa, social, máscara. Una sonrisa te abre puertas, una sonrisa rompe tensiones. Y sin embargo, es, en mi trabajo, una gran carga también. La gente no comprende una sonrisa cuando ellos están sufriendo, cuando vienen con algún problema médico, el más serio de los problemas... ¿cómo puede esa estar ahí riéndose mientras yo estoy así, entre la vida y la muerte?. Jajaja. Eso puede ser un simple ataque de nervios, una crisis de ansiedad... pero ellos se sienten morir. Y esa mojigata está sonriendo... ¿pero cómo se atreve? ¿qué coño es tan gracioso?.
Nada. La mojigata está pensando en cómo va a contarle a la médico que tiene que atender a la urgencia urgentísima número diez de esa hora, cuando tiene anotados en la lista a un paciente cada dos o tres minutos. Digamos que la mojigata se ríe por no llorar y piensa que en cualquier momento se convertirá ella misma en la urgencia número 11, que, bueno, al menos es capicúa...

Así que debo reprimirme. No sonrías. Seria. Inexpresiva, pero ojo, no demasiado, porque podría también malinterpretarse. Se espera cierta empatía de tu parte, sin perder el control.
Creo que necesito unas vacaciones. Y reirme de algo gracioso de verdad. Quizá pueda empezar riéndome de mi misma, eso no se me da mal de todo.



Y una de optimismo que siempre me ha gustado mucho:

7 comentarios:

  1. Gústame esa idea de non xulgar, non debemos facelo aínda que as veces é casi imposible evitalo, pero nese caso deberíamos gardalo para nós, a alguén lle parecerá hipocresía, pero penso que tes razón en que son normas de civismo mínimo, sobre todo tendo en conta que a maioría de nós descoñecemos as circunstancias particulares que poden levar a unha persoa a facer cousas polas que logo a xulgamos.

    En canto a sonrisa, coñezo ben o que dis, eu tamén son "risueña" e tantas veces se malinterpretan as sonrisas que case é mellor ir camiñando e poñendo cara de levar un pao metido no c.. Algún experto di que sonrisas só as xustas e necesarias, eu creo que mellor que sobre unha sonrisa que que falte ¿non é?

    Un saúdo.

    ResponderEliminar
  2. Probablemente si.... necesites unas vacaciones, olvidar tu trabajo, y descansar, sin la presión de aguntar al populacho demandante (ya que me consta que pocos demandan con razón, y muchos demandan creyendo tenerla).

    Yo que tu aprovecharia las vacaciones, y desconectaria un poco hasta de esto, de tu rincón.... probablemente al volver a reenganchar, lo harias con mas ganas, y con otro tono de "voz" mas alegre.

    Bicos.

    ResponderEliminar
  3. Pues si, Pitima. Todos necesitamos desconectar de la rutina y de la presión del trabajo (que todos lo tienen en mayor o menor medida).

    Hay señales que nos alertan que nuestro estado de ánimo se está dañando y necesita ser reparado, una de esas señales es el insomnio.

    Ojalá puedas tener vacaciones pronto y reirte sin pensar en el qué dirán, sin reprimirte, sonreirte incluso a ti misma(que no de ti). Es una buena terapia.

    Bicos.

    ResponderEliminar
  4. Joer, ti fixácheste na foto do xeo e do limón?. Semellan un cráneo!!! Si, e o cerebro é de limón.
    Unha metáfora da sociedade actual seguramente. Todo quisque anda co humor ácedo. E ainda hai quen propón borrar as sonrisas? Caghonatósssss, como que?.

    Biquiños risueños

    ResponderEliminar
  5. a ver si entre evitar la sonrisa excesiva y procurar no parecer demasiado seria te van a salir muecas raras! entonces tendría que verte el médico a ti, y no es plan. unas vacaciones no vendrían mal, pero unas risas gordas también también limpian el ánimo, el espíritu y todo.

    ResponderEliminar
  6. No pierdas tu sonrisa, eso no... Seguro que las vacaciones te relajan, ya verás.
    Por cierto, paso de la tónica pero adoro el limón, y mas con hielo... mas refrescante aun. Cuidate.
    Besos

    ResponderEliminar
  7. No sabes como te entiendo. Los trabajos de cara al público queman mucho y no siempre te pillan con las energías y la distancia adecuada.

    Y lo de las sonrisas, me ocurre igual. La gente está tan poco acostumbrada a ver sonreir,que no entienden el lenguaje. Peor para ellos.

    Tu aprovecha las vacaciones para olvidarte de todo y pegarte unas buenas carcajadas por todo y por nada.

    Sonrisas y besos.

    ResponderEliminar

Comenta, no te quedes con las ganas, que la represión es muy mala, y luego te salen granos...