viernes, 11 de julio de 2008

Antenados seres... dálle que te dálle..

Unos sinvergüenzas. No pusieron cartel de no molestar, ni siquiera se buscaron una habitación en un discreto hotel. Allí , debajo de una simple hoja, entre los rosales, como si fuese de lo más natural... Ella movía las antenas como si se le fuese la vida por ellas... Porque no tenía cuerdas vocales, que si así fuese estaría gimiendo como una posesa, mientras él ponía cara de todopoderoso, ¡semejante miembro!, con las antenas hacia atrás, tan concentrado... Menudo tipo... Y ella... anda que...
No pude seguir mirando. Bueno, sólo un poco más... Tenía que ser pecado. Seguro que sí.

5 comentarios:

  1. jajaja
    ¡qué texto mas simpático! Lo has escrito con mucho arte y gracia.

    Y la foto ¿es tuya? Está muy lograda. Infraganti los ha cogido usted a estos dos!!! jeje

    Opino igual que Raúl, esa firma en la foto quizás sea la guinda del pastel, el detalle de la ironía.

    Bicos.

    ResponderEliminar
  2. O de menear moito as anteniñas seguramente é debido a que teñen pouco xogo de cintura...
    Xa te podes ir confesando, que isto ten que ser un sacrilexio!!!!

    E ti preguntábasme qué clase de bico esperaba hoxe jajajaja
    Pois un bico con antenas dixitais!!!

    ResponderEliminar
  3. Hay que ver que poca vergüenza.........

    (No me riñas eh, que no se me olvidan los deberes, pero todavía me falta uno por escoger :S)

    ResponderEliminar
  4. Así é a reproducción, un pracer da natureza! Cando chegue o entroido vou mercar unhas desas diademas con antenas de calquera cousa, que xa me diches unha idea bárbara!!

    ResponderEliminar

Comenta, no te quedes con las ganas, que la represión es muy mala, y luego te salen granos...