viernes, 5 de septiembre de 2008

El gorrión del mechón blanco

Tuvo que confiar en mí. Le salió bien. Voló, no sin antes darme las gracias.
- No hay de qué, pequeñito, gracias a tí por recuperarte, menudo susto me has dado.
Debería estar enfadado conmigo, por vivir aquí, dentro de una casa con amplios ventanales de cristal, muy cerca de los árboles...

Su corazón latía frenéticamente, y abría el pico como si le faltase el aire, como si quisiese gritar y no pudiese. Le hablé cariñosamente para tranquilizarlo, pero debía ser como un monstruo para él.
Se me ocurrió darle de beber. Usé un pequeño vaso de jarabe. Funcionó, empezó a reaccionar poco a poco y a mover la alas tímidamente.
Primero quiso entrar en casa, pero yo le advertí - este no es sitio para tí, te podrías lastimar, y quizá no vuelvas a tener tanta suerte.
Me miró agradecido.
- Espera, antes de volar... Ya sé que abusé un poco acariciando tus suaves plumas, pero, me gustaría guardar un recuerdo de tí.. ¿me dejas? -
No dijo ni pío, sólo se quedó un momento más en la ventana esperando mientras iba a por la cámara. Luego posó en la punta de mis dedos antes de alzar el vuelo.

Estuve emocionada todo el día.
A veces las historias acaban bien, muy bien.

jueves, 4 de septiembre de 2008

PRENSA, reflejos y distorsiones


Sobre las bondades no hará falta hablar.
La palabra escrita, aunque se le ha querido dar un especial status, puede resultar igual de falsa que la pronunciada. Yo puedo contar aquí un montón de mentiras, y podeis creerme... o no. Está claro que la historia puede ser muy distinta según quien la cuente. Pero se debe distinguir entre versiones de un mismo hecho y la manipulación, la mentira hecha palabra. A veces no se dice todo, y entre lineas se dejan informaciones falsas que son igualmente asimiladas por las masas, incluso más que las que no se dicen.
¿Es inevitable? ¿Estamos preparados? ¿Somos creyentes en general o ponemos en tela de juicio todo lo que leemos?

Tampoco tiene el mismo nivel de credibilidad este medio, por ejemplo, pues no dejo de ser una anónima, que los diarios de prestigio. También hay clases entre las revistas. Y los programas del corazón... buf. ¿Y cuando se mezcla todo? ¿corazón, corrupción, mafias, ley, justicia??? buf buf buf...

Un titular de estos días: Rodríguez Menéndez se da a la fuga gracias al permiso de un juez en contra de Instituciones Penitenciarias.

Yo conozco a ese juez. Es una muy buena persona. Pongo la mano en el fuego por él y sé, a pesar de lo que se pueda decir, o insinuar públicamente, que nada oscuro tiñe sus actos, ni como persona ni como juez. Así que sí, se equivocó, o no, sólo aplicó la ley y actuó de acuerdo con su ética profesional, intentando que la fama de un personaje como este, difícil de no prejuzgar, no influyese en su decisión, pues eso sería injusto, y, aun a riesgo de equivocarse, quizá ingenuamente pasándose de justo, sin pensar en las consecuencias para su propia persona, concedió el permiso al tipo en base a las mismas reglas con que se lo habría concedido a otro más anónimo.
Hizo su trabajo aplicando las leyes y las reglas.

La reflexión última que se me ocurre después de esta experiencia es que, ser juez y ser buena persona debe ser muy difícil de compatibilizar, a pesar de lo que en un principio pueda parecer.
Ya se habló aquí de la indolencia alguna vez, más enfocado al tema de los médicos, personas con una gran responsabilidad encima y con los que trabajo muy cerca. Ahora se me ocurre que los jueces también necesitan grandes dosis de indolencia para no perder objetividad. ¡Y cuántas veces lo que se les pide es precisamente no ser objetivos!


Foto: hay quien no puede leer más que en los reflejos distorsionados.

martes, 2 de septiembre de 2008

Por mi culpa, por tu culpa, por nuestra grandísima culpa...


Se acercaba rodando cada vez más rápido a nuestro mundo. Eran las culpas. Algunas eran pequeñas, otras enormes, pero todas ellas se iban uniendo a aquella bola cada vez más grande que rodaba ladera abajo, desde la cima de la montaña Universal que servía de refugio al valle donde nuestro mundo había crecido en desorden vital, a orillas del río Pecado. Tendemos a mínimos de energía y máximos de desorden. Leyes naturales rigen el cosmos mientras las culpas se van uniendo a la gran bola, obedeciendo a la termodinámica, ganando orden esférico y energía cinética mientras pierde energía potencial, pues viene de muy arriba. No se sabe si Alguien la envió, añadiendo Trabajo (más energía) al sistema, al fin y al cabo no parece natural que las culpas se reúnan en una gran bola rodante. Acabar con la humanidad y al fin redimir el más grande de los pecados: nuestra perniciosa existencia.
Y un gran meteorito acabó con los dinosaurios.


Foto: no pongas a Dios por testigo, ¿no ves que por nuestra culpa no está en condiciones?
Reach out and touch faith...