Sobre las bondades no hará falta hablar.
La palabra escrita, aunque se le ha querido dar un especial status, puede resultar igual de falsa que la pronunciada. Yo puedo contar aquí un montón de mentiras, y podeis creerme... o no. Está claro que la historia puede ser muy distinta según quien la cuente. Pero se debe distinguir entre versiones de un mismo hecho y la manipulación, la mentira hecha palabra. A veces no se dice todo, y entre lineas se dejan informaciones falsas que son igualmente asimiladas por las masas, incluso más que las que no se dicen.
¿Es inevitable? ¿Estamos preparados? ¿Somos creyentes en general o ponemos en tela de juicio todo lo que leemos?
Tampoco tiene el mismo nivel de credibilidad este medio, por ejemplo, pues no dejo de ser una anónima, que los diarios de prestigio. También hay clases entre las revistas. Y los programas del corazón... buf. ¿Y cuando se mezcla todo? ¿corazón, corrupción, mafias, ley, justicia??? buf buf buf...
Un titular de estos días: Rodríguez Menéndez se da a la fuga gracias al permiso de un juez en contra de Instituciones Penitenciarias.
Yo conozco a ese juez. Es una muy buena persona. Pongo la mano en el fuego por él y sé, a pesar de lo que se pueda decir, o insinuar públicamente, que nada oscuro tiñe sus actos, ni como persona ni como juez. Así que sí, se equivocó, o no, sólo aplicó la ley y actuó de acuerdo con su ética profesional, intentando que la fama de un personaje como este, difícil de no prejuzgar, no influyese en su decisión, pues eso sería injusto, y, aun a riesgo de equivocarse, quizá ingenuamente pasándose de justo, sin pensar en las consecuencias para su propia persona, concedió el permiso al tipo en base a las mismas reglas con que se lo habría concedido a otro más anónimo.
Hizo su trabajo aplicando las leyes y las reglas.
La reflexión última que se me ocurre después de esta experiencia es que, ser juez y ser buena persona debe ser muy difícil de compatibilizar, a pesar de lo que en un principio pueda parecer.
Ya se habló aquí de la indolencia alguna vez, más enfocado al tema de los médicos, personas con una gran responsabilidad encima y con los que trabajo muy cerca. Ahora se me ocurre que los jueces también necesitan grandes dosis de indolencia para no perder objetividad. ¡Y cuántas veces lo que se les pide es precisamente no ser objetivos!
Foto: hay quien no puede leer más que en los reflejos distorsionados.
yo creo que lo único achacable a tu conocido juez es un exceso de ingenuidad. ese rodríguez menéndez tiene escrito "canalla" en la frente! aunque también un inocente puede pasar 15 años en la cárcel por una violación que nunca cometió. la verdad, ser juez es cosa chunga. mis maximísimos respetos.
ResponderEliminarTomar decisións sempre é complicado. E cando afectan a outras persoas na sua saúde, nos seus sentimentos, na sua liberdade...a cousa complícase.
ResponderEliminarEsixímonos moito. Temos que ser bos pais, bos fillos, bos amigos, bos profesionais, bos amantes, bos...E resulta que -ás veces- nin tan siquera somos bos con nos mesmos.
O da prensa xa é palla doutro palleiro. Lembra que para un periodista non é noticia que un xuiz atine; se non que erre. Non é noticia que un can morda a un neno; se non que o neno morda ao can...
Bicos boísimos!!!
- Todos los periodistas son unos sinvergüenzas. Si me sale un hijo periodista, si le veo las maneras, lo ahogaría en la bañera.
ResponderEliminar- Pero tú...
- Calla, narices, que yo no te he insultado. Todos gentuza. Todos.
(No dejes que la realidad te estropee una buena noticia)
Un (b)eso!
Precisamente porque todos somos humanos y llenos de defectos y falta de objetividad y sabiduría, me gustaría que hubiese "alguien", un tribunal superior y a la vez otro por encima, que controlase las decisiones de unos y otros ... por la grandísima importancia que tienen.
ResponderEliminarEllos no son dioses ni tienen la verdad absoluta, por eso es fácil que se equivoquen y vaya si lo hacen!
Biquiñicos :)