Pues nada, que sigue la vida, los días se suceden, los meses, las estaciones, los años.....
Me miro al espejo y empieza a molestar. Me molesta mirarme. Será mala conciencia? Será vértigo? Mareos. Me cayó bien Bertín, con eso del vértigo. Y el Callejas, tan majo él... tan divertido y sencillo. Pues que si no hace falta por qué vamos a pasarlo mal... vamos a ver...
Pensé en darle de comer a la memoria. Hasta cerré el blog algo más de una semana, para que no viniesen a escudriñar, a mirar, y me viesen en cueros.... a estas alturas... jajaja. Será que pienso que podría descubrir algo, redescubrir, aquello que me avergüenza, aquello que me produce pudor, aquello que no es secreto pero debería... ser mentira... y no lo es. Y al final da igual, porque sólo es una percepción tuya, y de nadie más. Compartimos pero al final no es de todos, es de cada uno. Según lo lees, según la historia se dibuja en tu mente es tu verdad, sin ser su mentira. :) Inútil ejercicio??? No. Coincidimos muchas veces, sin ser la misma historia. Somos alter egos los unos de los otros, porque nos apetece... nos hace falta... sentirnos uno sólo, sentirnos amados.
Comer. Comer para vivir, disfrutar de la comida para vivir bien, o comer lo que haya para sobrevivir... Y nos olvidamos de beber. O quizá bebemos para emborracharnos, y eso no está bien. Lo está? Es inevitable?
Miro el libro-disco de Sabina, Vinagre y Rosas...... y siento placer descubriéndome a mi misma allí. Esos dibujos y esos manuscritos, me parecen míos.... No tanto por lo que dicen, que puede que también, sólo me sorprendo con sus formas, esa caligrafía es la mía!!! Esos garabatos son como los míos... Ese descuido también. Cuestión de grafología... y quizá haya algunos pequeños gestos que hagan una gran diferencia...
No hay ciencia exacta. No hay verdad absoluta.
Pues eso. Lo de las memorias, quizá sí, o quizá no...
sábado, 1 de diciembre de 2018
martes, 27 de noviembre de 2018
Memorias 1: Exposición de motivos.
Ya me voy quejando de más. Me cansé.
Releyendo mi blog, que sí, de vez en cuando me divierte hacerlo, pues me doy cuenta de que efectivamente he cambiado bastante, de que me estoy haciendo mayor y que cada vez que escribo, aunque creo que es un ejercicio que me sale bastante bien, me voy haciendo repetitiva y quejica. Ya no me interesa tanto lo que escribo, y no será que no pienso cosas interesantes a veces, no será porque no dejo rienda suelta de vez en cuando a la imaginación.... pero me da pereza dar forma a las historias, o contar sin pudor lo que me pasa por la mente... Me lo voy guardando para un después que nunca llega, que se sustituye por un olvido ya casi omnipresente.
He pensado en cambiar de estrategia. Voy a dar de comer a la memoria. Como si tengo que inventar. Sé que no será así, que si me sale es que existió, o existe, o existirá. Las mentiras no existen como no existe la verdad. Impepinable.
Y sí, me siento farsante, muchas veces. Y entiendo a los farsantes... cuando antes los detestaba, porque me he dado cuenta de lo interesantes que son y de cuánta verdad tienen. Verdad y razón.
Cómo era aquello, Descartes, la existencia de Dios. Las 3? 5? pruebas de la existencia de Dios? Pues iban a ser 2... Bueno, perdón, me salió esto pensando en los farsantes... :) Fue la primera vez que me sentí estafada cuando estudiaba, filosofía, aunque bueno, no confiaba yo mucho en que pudiese ser de otro modo... Cómo alguien puede probar la existencia de Dios. Además, que mérito iba a tener la fe entonces............... Aissss cuántas trampitas.
Las trampas nos hacen interesante la vida, y nos prueban y nos hacen conocernos mejor a nosotros mismos...
Lo de la duda metódica está bien. Yo siempre la practiqué bastante, pero a veces es molesto. Llegada una edad tanta duda agobia. Lo que es es, te apetece que sea y es y será y tan a gusto que te quedas porque qué pasa... ¿que al final no es? ¿te engañaron? Bueno, mujer... qué más da. La ignorancia consciente tiene su punto de tranquilidad interesante cuando ya por fin eres adulta adulta, 2 veces adulta, segunda edad vamos a poner...
Ya ya ya... deprime un poco también, perder toda aquella curiosidad... aquella ansia de verdad, de conocer, de saber... Que vas dejando de averiguar, de recordar, y eso es vivir más lento... hasta que te paras. Supongo. No sé.
Pienso mucho en mamá, y en cómo se olvidó de tanto... de casi todo. Y me pone triste. Tanto entusiasmo en aprender, tanta curiosidad, para que al final se esfume todo por el desagüe de la no existencia.... Agujero negro neuronal.
Pues eso, quizá empiece a recopilar algunos de mis recuerdos. A tirar del hilo.
Lo primero que recuerdo de mi vida.
Pues creo que es el azúcar. Y aquel niño... Mi hermana de canguro... la cuna, la siesta en las literas de abajo, la nieve, las chocolatinas (los duplos) de Frau Néguele. Nunca escribí su nombre.. Seguro que no se escribe así. Seguro.
Releyendo mi blog, que sí, de vez en cuando me divierte hacerlo, pues me doy cuenta de que efectivamente he cambiado bastante, de que me estoy haciendo mayor y que cada vez que escribo, aunque creo que es un ejercicio que me sale bastante bien, me voy haciendo repetitiva y quejica. Ya no me interesa tanto lo que escribo, y no será que no pienso cosas interesantes a veces, no será porque no dejo rienda suelta de vez en cuando a la imaginación.... pero me da pereza dar forma a las historias, o contar sin pudor lo que me pasa por la mente... Me lo voy guardando para un después que nunca llega, que se sustituye por un olvido ya casi omnipresente.
He pensado en cambiar de estrategia. Voy a dar de comer a la memoria. Como si tengo que inventar. Sé que no será así, que si me sale es que existió, o existe, o existirá. Las mentiras no existen como no existe la verdad. Impepinable.
Y sí, me siento farsante, muchas veces. Y entiendo a los farsantes... cuando antes los detestaba, porque me he dado cuenta de lo interesantes que son y de cuánta verdad tienen. Verdad y razón.
Cómo era aquello, Descartes, la existencia de Dios. Las 3? 5? pruebas de la existencia de Dios? Pues iban a ser 2... Bueno, perdón, me salió esto pensando en los farsantes... :) Fue la primera vez que me sentí estafada cuando estudiaba, filosofía, aunque bueno, no confiaba yo mucho en que pudiese ser de otro modo... Cómo alguien puede probar la existencia de Dios. Además, que mérito iba a tener la fe entonces............... Aissss cuántas trampitas.
Las trampas nos hacen interesante la vida, y nos prueban y nos hacen conocernos mejor a nosotros mismos...
Lo de la duda metódica está bien. Yo siempre la practiqué bastante, pero a veces es molesto. Llegada una edad tanta duda agobia. Lo que es es, te apetece que sea y es y será y tan a gusto que te quedas porque qué pasa... ¿que al final no es? ¿te engañaron? Bueno, mujer... qué más da. La ignorancia consciente tiene su punto de tranquilidad interesante cuando ya por fin eres adulta adulta, 2 veces adulta, segunda edad vamos a poner...
Ya ya ya... deprime un poco también, perder toda aquella curiosidad... aquella ansia de verdad, de conocer, de saber... Que vas dejando de averiguar, de recordar, y eso es vivir más lento... hasta que te paras. Supongo. No sé.
Pienso mucho en mamá, y en cómo se olvidó de tanto... de casi todo. Y me pone triste. Tanto entusiasmo en aprender, tanta curiosidad, para que al final se esfume todo por el desagüe de la no existencia.... Agujero negro neuronal.
Pues eso, quizá empiece a recopilar algunos de mis recuerdos. A tirar del hilo.
Lo primero que recuerdo de mi vida.
Pues creo que es el azúcar. Y aquel niño... Mi hermana de canguro... la cuna, la siesta en las literas de abajo, la nieve, las chocolatinas (los duplos) de Frau Néguele. Nunca escribí su nombre.. Seguro que no se escribe así. Seguro.
viernes, 16 de noviembre de 2018
ESPERANZA
Lo miré y me dio miedo. Miedo por él. Qué pasará, que misterios habrá... :) en esa cabeza. Y como si fuese magia hubo una conexión, de la que no me di cuenta... fue algo accidental? No sé. Le pasé el miedo, yo, o quizá fue él el que me lo dejó ver en su cara aniñada todavía. Miedo y desesperanza. No hay futuro. Qué futuro nos espera. A mi me da igual, me quedan como mucho 40 años. A él 90?
Sonó una alarma.
No me puedo relajar. Tengo que levantarme y tirar. Por él, por ella, por los que vengan. Tengo que sacar la esperanza de ese rincón escondido. La escondí porque quisiera que los demás tomen conciencia de lo mal que está todo y dejen de ignorarlo.... Pero resulta que ahora tengo que sacarla y presumir de ella para que mi hijo venza la desesperanza y la depresión.
Y le digo, con la mayor convicción de la que soy capaz, que la humanidad tiene capacidad para sorprendernos, para admirarnos, para regenerarse, para seguir adelante... Que sí que hay un futuro, que no está todo perdido, que es incierto sí, pero por eso, no debemos de perder la esperanza. Porque hubo momentos terribles en la historia de la humanidad, que podríamos haber sucumbido hace mucho tiempo, pero siempre seguimos adelante... Y aquí estamos. Ahora estamos aquí. Y tenemos que disfrutar el presente y tener esperanza en el futuro. Pero sobre todo, disfrutar el presente y poner nuestra parte en mejorar las cosas, aunque es cierto que no podemos solucionar todo, no está en nuestra particular mano.... Pero sí está en nuestras manos... en muchas manos juntas empujando en el mismo sentido, o tirando, o aguantando... simplemente...
Sonó una alarma.
No me puedo relajar. Tengo que levantarme y tirar. Por él, por ella, por los que vengan. Tengo que sacar la esperanza de ese rincón escondido. La escondí porque quisiera que los demás tomen conciencia de lo mal que está todo y dejen de ignorarlo.... Pero resulta que ahora tengo que sacarla y presumir de ella para que mi hijo venza la desesperanza y la depresión.
Y le digo, con la mayor convicción de la que soy capaz, que la humanidad tiene capacidad para sorprendernos, para admirarnos, para regenerarse, para seguir adelante... Que sí que hay un futuro, que no está todo perdido, que es incierto sí, pero por eso, no debemos de perder la esperanza. Porque hubo momentos terribles en la historia de la humanidad, que podríamos haber sucumbido hace mucho tiempo, pero siempre seguimos adelante... Y aquí estamos. Ahora estamos aquí. Y tenemos que disfrutar el presente y tener esperanza en el futuro. Pero sobre todo, disfrutar el presente y poner nuestra parte en mejorar las cosas, aunque es cierto que no podemos solucionar todo, no está en nuestra particular mano.... Pero sí está en nuestras manos... en muchas manos juntas empujando en el mismo sentido, o tirando, o aguantando... simplemente...
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