Sueños. Esta noche viajaba a la velocidad de la luz. Era en un tren, nada futurista salvo por la opcional prestación de poder llevarte prácticamente isofacto a cualquier lugar a velocidades extraordinarias. No se veía nada del paisaje, solo eras capaz de percibir el origen y el destino.. con un pequeño vaivén de suave inercia que te indicaba que efectivamente acababas de viajar. No iba por raíles. No tenía locomotora ni chimeneas escupiendo vapor, no hacía ruido. Sin embargo era como de hierro fundido, al estilo de las antiguas máquinas, de los primeros trenes.... jajaja. Y no me acordaba, pero esta mañana, casualidades, o no, mi reisiño una vez más revolvió entre los libros de la estantería para coger uno, pequeñito, ni siquiera es un libro, es una compilación de datos insólitos, de estos que vienen anexos a las revistas... y después de echarle un respetuoso vistazo (lo tenemos muy bien enseñado, nada de romper libros, los ojea con mimo ante la mirada orgullosa de su madre que le encanta ver que tiene curiosidad por ellos..), me lo da para que yo también lo curiosee. Es una forma estupenda de redescubrir nuestra variopinta biblioteca..jajaja. A lo que iba, que me pierdo.. El librito en mi mano y mis ojos recalando en lo siguiente:
"Viaje alucinante. Una nave espacial que viajara a la velocidad de la luz tardaría 2.300.000 años en llegar a Andrómeda, la galaxia más cercana a la nuestra."
Entonces recordé mi sueño.
¿A dónde llegaría en un minuto viajando a la velocidad de la luz?
Viajemos en el tiempo con Aerolíneas Federales. ¿Todavía nos acordamos de lo que es un aparato de vídeo? Sí, claro... jajaja, no somos tan jóvenes ¿verdad? jejeje.
Y en esta madrugada de insomnio me pregunto si quizá soy demasiado fría, si quizá soy demasiado ácida, como el hielo y el limón de esta tónica. Pero hasta el hielo y el limón tienen sus virtudes, pues refrescan, y quitan la sed en este tiempo de calor.
Llevo unos días muy duros en el trabajo. La gente está más loca que nunca. La paranoia está en sus caras, en sus discursos, en sus reproches. Me pregunto si no será contagioso, si no estaré paranóica yo también. Pero no. He aprendido a distinguir. Sé cuando tengo que espantar los miedos, los pensamientos absurdos y destructivos. Sí, sí que sé.
He aprendido a guardar las distancias siendo amable. He aprendido a no juzgar, o, al menos, si no he podido evitarlo, he intentado disimularlo, y a actuar como si no hubiese juzgado y sentenciado, para evitar injusticias. Pocas veces la gente se toma esas molestias. Yo creo que es una norma de civismo y buen comportamiento. Todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Y aun siendo culpable hay que tener en cuenta todas y cada una de las circunstancias que concurren en el caso. Así creo que debería ser. Intento no ser jueza, porque además me estresa muchísimo, pero más me estresa todavía ser acusada.
Y aun así debo decir que no siempre consigo lo que intento. Creo que yo más que nadie soy consciente de mis errores y defectos, y además soy la primera damnificada. Soy de sonrisa fácil. Quizá sea una sonrisa nerviosa, social, máscara. Una sonrisa te abre puertas, una sonrisa rompe tensiones. Y sin embargo, es, en mi trabajo, una gran carga también. La gente no comprende una sonrisa cuando ellos están sufriendo, cuando vienen con algún problema médico, el más serio de los problemas... ¿cómo puede esa estar ahí riéndose mientras yo estoy así, entre la vida y la muerte?. Jajaja. Eso puede ser un simple ataque de nervios, una crisis de ansiedad... pero ellos se sienten morir. Y esa mojigata está sonriendo... ¿pero cómo se atreve? ¿qué coño es tan gracioso?. Nada. La mojigata está pensando en cómo va a contarle a la médico que tiene que atender a la urgencia urgentísima número diez de esa hora, cuando tiene anotados en la lista a un paciente cada dos o tres minutos. Digamos que la mojigata se ríe por no llorar y piensa que en cualquier momento se convertirá ella misma en la urgencia número 11, que, bueno, al menos es capicúa...
Así que debo reprimirme. No sonrías. Seria. Inexpresiva, pero ojo, no demasiado, porque podría también malinterpretarse. Se espera cierta empatía de tu parte, sin perder el control. Creo que necesito unas vacaciones. Y reirme de algo gracioso de verdad. Quizá pueda empezar riéndome de mi misma, eso no se me da mal de todo.
Y una de optimismo que siempre me ha gustado mucho:
Parece que los ojos verdes gustan mucho. Los azules, menos, pero aun así son más llamativos que los negros o acastañados. Desconozco si en los países donde los ojos oscuros (marrones o negros) son menos comunes ocurre al contrario. Es de suponer que sí. Lo poco común siempre es más apreciado, aunque no sea estrictamente más bonito. Dicen que los ojos son el espejo del alma. Bueno, ya sabeis lo que yo pienso de los espejos... y si no, os lo recuerdo: Mienten. En realidad todas las imágenes son mentira. Sí, ya sé que es una forma de convertir todo en irreal, pero es lo que hay, luz reflejada, ni siquiera de primera mano, no, REFLEJADA. Más mentirosa si cabe.
La belleza es lo más relativo que existe. Es una cuestión social, y real, que las mujeres necesitan más de la belleza para tener éxito en la vida. Una mujer fea lo tiene mucho más complicado que un hombre feo. Si es una mujer del montón ya entra en juego la inteligencia también. Ser guapa y lista puede darse y se dá, pero tampoco tanto, seamos realistas.... Ser del montón y lista puede resultar. Ser fea y tonta.. buf, difícil está la cosa. Pero cada uno es como es. Todos somos animalitos de Dios.. jejeje.
Estamos acostumbradas a hombres irracionales y bobos delante de las armas de una mujer bella. Parece que la batalla está perdida, que ningún hombre que se pueda definir como hombre, hombre hombre, puede no sucumbir a una mujer bella que se ha propuesto hacerse con él. ¿Y si además es lista? ¿o no tonta del todo?.. Ay, pobre, ya no le llegará la sangre a la cabeza. No. ¿Y si el resultado no es el esperado?. Bueno, primeramente se pensará que al hombre le pasa algo raro... Quizá es gay. Eso lo explicaría todo. Si no es gay quizá la mujer se sienta insegura. Es la primera vez que se le resisten. Quizá no es tan guapa como piensa. Quizá sus ojos no pueden deslumbrar al incauto, por mucha luz verde que refleja el alma... Quizá con unas lentillas azules...
A veces me pregunto si estamos realmente preparadas para esa ansiada igualdad entre sexos. Somos distintos. Me entristece ver como las mujeres se parecen más a los hombres (en general) pero en los malos hábitos, en las malas costumbres... Es el camino fácil. Por otro lado, en las cosas que parece que interesan, se fomenta la desigualdad, al fin y al cabo, es agradable tener a un hombre a tus pies sin necesidad de demostrar demasiado, sólo con un par de truquitos de magia femenina...
Un amigo mío me decía apenado que su mujer se había enfadado con él porque le había contado una conversación que había tenido en el trabajo: Mi amigo tiene la foto de su hijo pequeño en la cartera, y la luce orgulloso ante sus compañeros. Una chica le dice: "se parece mucho a su madre ¿no?". "Sí, es clavadito a ella". "Entonces debes estar muy contento, tu mujer debe ser guapísima". Mi amigo le contesta sincero: "yo no estoy con mi mujer por su físico, yo me enamoré de ella por otras cosas". La compañera le recriminó que hablase mal de su mujer. ¡Lo peor es que su propia mujer se sintió igualmente ofendida cuando mi amigo se lo contó! Se excusaba diciendo que parecía que no la deseaba como mujer.. Ay ay ay. Mujeres. Qué complicaciones. Quizá convenza a mi amigo de que quien realmente le conviene soy yo, una mujer moderna e igual a él. Sí. Lástima que yo ya esté cogida.. jejeje.