lunes, 30 de junio de 2014

Se defienden los muertos

Los muertos se defienden. Igual porque no se han muerto todavía. Pretenden quedarse así, enteros, pero no puede ser, tienes que descuartizarlos, hacerlos pequeñitos, partirlos, transformarlos, dividirlos... enterrarlos en el olvido.
Por qué hay que olvidarse? Porque es mejor así. Has de seguir adelante. Su recuerdo no te deja seguir. Su recuerdo es otra de sus defensas. Acaba el muslo amoratado de partir sus trozos. Partir los esqueletos se hace duro, se resisten, y su presión te produce los moratones... Se defienden. 
Entran por la puerta de tu habitación y se te ponen a la par, cuando no puedes moverte, en tu cama. Tienes los ojos abiertos pero estás catatónica, no puedes reaccionar, ni enfocar con los ojos, sólo detectas su presencia allí. Te quiero mamá. Pero no es mi hija, es mi hermana. No recuerdo haberla ido a ver, no recuerdo cómo murió. Murió sola, en el hospital sola. Esa no es una forma digna de morir. Tenía miedo, y la dejamos sola. Se portó mal, es cierto, pero no merecía morir sola. O sí? Se lo merecía?? Nos quería?? Nos quiso alguna vez?? La quisimos nosotros?? No lo suficiente. 
Te quiero mamá. A lo mejor no se murió, sigue esperando a que vaya a verla... ¿Te olvidaste de mi, hermanita?
Cuánto lo siento.
Me siento culpable, porque no fui a verla, sólo una vez, ya casi al final... Antes había ido, pero ella sólo quería que le fuera a por tabaco, al otro lado de la autovía... Mira allí hay un bar, me había explicado por la ventana del hospital, allí tienen tabaco, ve por favor, me muero por un cigarro... Luego no le interesaba demasiado mi conversación. Y qué le iba a decir... Sentía mi lástima, y mi rencor... seguramente, pero no mi cariño, aunque intenté dárselo. Ni yo misma lo encontraba sano y salvo allá donde estuviese...
Se defienden los muertos. 
Será que siguen vivos.
Será.
No sabemos morir dignamente. Tenemos miedo, tristeza, ansiedad... Tal vez no sabemos morir porque no nos dio tiempo a vivir como queríamos... a saber... 
Y nos defendemos. Vivos y muertos. Muertos y vivos. Los unos de los otros... 
Deberíamos aceptarnos y querernos. 
Pero seguiremos matando. Seguiremos descuartizando y transformando. Seguiremos muriendo. Eternamente. 

5 comentarios:

  1. la mejor defensa es un buen ataque, probablemente, y estas incursiones nocturnas de muertos, atormentando nuestros remordimientos, es un golpe bajo, sucio. cada vez, con el tiempo, se van sumando nuevos miembros a este ejército fantasmagórico, además, hasta que nos toque a nosotros mismos revisitar a las personas que nos quisieron en vida y meterles el miedo, la angustia, la pena en el cuerpo. así ha sido, y así será, eternamente.

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    1. En realidad a mi mis muertos-espectros-loquesean me visitan de día, o al amanecer, cuando ya no debería estar durmiendo... (según mi conciencia). Cuando mi cuerpo me pide levantarme ya para hacer cosas de vivos, como por ejemplo, descuartizar cadáveres... Mi conciencia los trae para hacerme pasar un mal rato y obligarme a terminar de despertar... o a volver al sueño de los vivos, tapar la ventana-puerta a ese otro mundo... que como todos, está también en este... Como todo, son y no son a la vez.

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  2. Pisadas sobre la harina espolvoreada en el suelo, pisadas en una única dirección, viniendo. Pero solo estás tú en la cama. ¿Quién vino y se fue en el silencio? Fue un pájaro disfrazado de huella, una sombra voltilizándose en las brasas de la chimenea. Se abre de golpe la puerta del balcón, entra una brisa helada y cuando abres los ojos, aterrada, nada. El suelo está en calma, la harina está en la cocina y afuera los pájaros pían anunciando la madrugada. Las puertas están cerradas, y a tu lado una respiración profunda y acompasada, como un niño durmiendo confiado. Confían, siempre confían. Hasta que dejan de confiar. ¿Quién falló primero? Resulta complicado decirlo. Todo es demasiado difícil, hasta para la mujer que vende castañas y mira a las personas mientras prepara cucuruchos de periódico. Las miradas sabias, sobretodo esas, saben, que es complicado discernir el origen y desentrañar la mentira que se fue hilando y acabó involucrando a todos en el entramado. Luego, la manta se rompió, y cada trozo hizo lo que pudo para seguir siendo manta.

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    1. Caray, Sere... qué comentario más chulo... :) Dices mucho eh... Sí, sin duda... y muy bonito.
      Pero no es difícil... nosotros somos los que complicamos las cosas siempre. Los vivos, claro... :P
      Creemos que podemos, a veces, coser la manta. Y quizá sí... o quizá no... Quizá la manta no puede arreglarse, y por los huecos de las costuras demasiado flojas se cuela el fresco malavenido, o por demasiado apretadas nos lastima en la piel que quería una manta suave además de abrigosa... Pues... Qué hacemos... Ejercicio para entrar en calor... Las mantas para los enfermos... :P
      Bicos. Te echaba de menos, te noto distante últimamente.
      Gracias por este comentario tan lleno y bonito :)

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    2. Distante... no, distraída, que también empieza por dis :P niños de vacaciones, poco tiempo para bloguear. Llantos, turnos en el ordenador, el móvil no es lo mismo, se lee menos y se escribe mal. Y tejo mucho, y leo libros, y no me comunico con casi nadie... pero sigo estando en la tierra :)

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