miércoles, 11 de junio de 2014

Ella sí que sabe

Mi peluquera es una mujer extraordinaria. Sus manos son increíbles. Cuando te lava el pelo estás en el cielo. Te lo seca con una suavidad inaudita de alguien que lleva haciéndolo tantas y tantas veces. Piensas que no, que no puede ser que sea así con todos... Debo ser especial yo...
Soy una mujer difícil, pero debo decir que ella me ha conquistado de forma incuestionable. Es muy buena.
Todavía ahora conservo su mimo en mi cabeza, un cosquilleo en mi cuero cabelludo que revive con la sangre fluyendo por todo él, respuesta a su masaje... Estaba dormido, y ella lo despertó. No sé cómo no voy más a menudo, siempre se lo digo. Ella se muestra comprensiva... amable... habladora... Cómo sabe de qué palo voy yo?? Cómo puede saberlo?? Yo soy difícil, hablo poco, pero ella sabe arrancarme conversación, de forma natural, sin que me cueste. Debo ser especial yo, para ella...
No, no... La especial es ella, sin duda. Especial por cómo me hace sentir, sin caer en servilismos ni marujeos. Es una mujer extraordinaria!!
Y los cortes de pelo son espectaculares. No sólo sabe lo que quiero yo, también atiende a la imagen de mi cuerpo, sabe lo que pide mi cabeza, mi pelo se rinde con un par de tijeretazos a su buen hacer.
Es una auténtica bruja, de las que cura con sus manos y mimos, de las que te arrullan con su voz y calman tu alma...
De mayor, yo quiero ser peluquera, quiero decir, bruja, quiero ser bruja... De las auténticas. Me voy cansando de ser la eterna aprendiz.
(Qué idiota eres. Nunca dejarás de serlo, y no estás cansada, tampoco... No puedes evitar tu curiosidad y tus ganas de asombrarte, y hacer cosas nuevas, que no hayas hecho nunca antes. Nunca es mucho tiempo.)

3 comentarios:

  1. yo también envidio a quien hace magia con sus manos, ya sea cortando el pelo, afinando un piano, haciendo castillos de arena o cualquier otra cosa. la gente que sabe lo que hace, en definitiva. me gusta esta bruja 2012, se parece a the XX, sí, pero mola.

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  2. La eternidad es muy amplia, se me antoja aburrida. Por eso elijo volver de tanto en tanto a la humanidad, al hacer, al crear, al modelar, al dibujar, al cantar, al bailar, al contemplar, al sentir el agua correr por la piel, al sexo, al llanto, al grito, a la emoción, al masajeo del cuero cabelludo, al pincel sobre pelo al cambiarle el color, al aceite sobre el cuerpo (mejor si no saltó de la sartén sino de las manos del hombre amado), a la saliva sobre los pezones goteando leche...
    Aprender, y vivir, y vivir, y aprender. ¿Enseñar? Se hace solo. ¿Transmitir? Sin ni siquiera darnos cuenta.
    Lo deliberado no existe, solamente consciencia de una misma, antes de desaparecer...
    y volver.

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  3. Para ser perruqueira, ademáis de saber menear o pelo, tamén hai que saber menear ás persoas. Creo que estudan trece anos de psicoloxía (para meterlle a man --no pelo-- ás mulleres difíciles), e un par horas máis para manexar as texoiras e mailos cepillos.
    Bicos máxicos

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