sábado, 2 de noviembre de 2013

Tejer

Recuerdo a mamá tejiendo. Mamá hacía jerséis y chalecos, para mi y para Juan. Ahora casi no ve... No compraba casi lana. Yo misma la ayudaba a deshacer los que se iban haciendo pequeños o no valían por lo que fuese, y a lo mejor, con un ovillo más, tejía uno nuevo, mezclando colores y fibras, tejiendo otra vez en un nuevo diseño. Recuerdo en especial uno verde que me puse mucho muchísimo. Tenía verde claro, verde oscuro, blanco y un poco de amarillo, jaspeado. Calcetado en punto liso y a medida para mi, con su cuello y sus botones para el escote. También me acuerdo de uno malva y azul, un violeta oscuro, con cuello vuelto... Era difícil de meter por la cabeza, tenía que ser antes de las trenzas, o el peinado se iría al garete... Luego era muy cómodo. 
Me gustaba mucho cuando había que probar. Ese cariño era muy especial.
- A ver, ven - y allí iba yo feliz de la vida a que mami me pusiera la pieza con las agujas colgando debajo de las axilas, mirando si había que meter más o menos, cuántas vueltas le quedaban para la sisa... El calor de las manos de mamá traspasaba los tejidos... Aquellas manos. Aún ahora son cálidas, aunque ya no las sienta a menudo.
La señora Aurora era la más prodigiosa tejedora del barrio. Se sentaba al sol, a un costado del taller de tornería, y allí movía las agujas como una máquina... rápido. Y aquella labor iba creciendo allí debajo, en su regazo, siempre perfecta... ni muy flojo ni muy apretado, aquellos puntos se deslizaban por las agujas como bailarines en una perfecta coreografía de ballet ruso...
A veces ni miraba, estaba charlando con otra vecina sin parar de tejer... 
Nos enseñó un poco a las niñas del barrio. 
Mi tía sí que era una prodigiosa. Esa le daba al ganchillo como una profesional, hasta vendió unas cuantas colchas, pesadísimas, y elaboradísimas, eso sí. Se cotizaban, creo que aun se cotizan... aunque a mi no me parecen nada prácticas. Ella tenía todas sus camas con una colcha manufacturada en perlé, con sus volutas, sus flecos, sus flores, sus fantasías tejidas con gran arte. Por supuesto las retiraba antes de dormir. Ni se te ocurriese sentarte encima de una de ellas... Eso sólo podía hacerlo la muñeca de cara blanca que daba miedo. Brillante cara de porcelana....
Colchas que no valen para abrigarse ni dormir, muñecas con las que no se podía jugar.... 
En casa de la tía no se podía hacer casi nada.... Casi ni pisar, porque el suelo estaba brillante, perfectamente encerado. Para sentarse en le sofá había que darle la vuelta a los cojines para no estropearles su precioso y barroco tapizado.... y así sucesivamente.... La casa de mi tía era un mírame y no me toques... así que no la visitábamos mucho.
Sin embargo, me encantaba que viniese a casa, y verla ganchillar, y que intentase quitarme las cosquillas sin conseguirlo jamás... :)
Y los merengues de dos pisos que me traían los domingos. O los gusanitos de los días de labor...
Ella me enseñó a ganchillar.
Hice algunos tapetes.
También hice amigurumis antes de saber que eran amigurumis, y esos me los enseñó a hacer Angeles, catequista y profe de mates amateur. Tengo que rescatarlos del trastero...
Y las damitas. Damitas calientahuevos.... :) duros...  Esas las hacía Frau Negelle, o era Frau kog??, vecinas alemanas de Alemania (donde un día nací y viví). Yo conseguí copiar una a los 10, 11 o 12 años. No sé dónde se quedó, creo que la tiene mi madre, sin huevo, con papel de seda debajo de las faldas... :)
Tengo ganas de volver a tejer... Tiene algo especial, espiritual.... ancestral.

Mira las arañas, qué bien lo hacen.

6 comentarios:

  1. Pues teje, cariño, teje. Teje ideas, sentimientos, emociones, recuerdos. Teje y ensaya puntos, diseños, colores y formas. Teje tapetes o calienta huevos, teje ángeles o colchas. Yo también tengo una colcha. Lleva años en una bolsa porque me da mucha pereza el ritual de extenderla cada mañana y retirarla cada noche. La hizo mi abuela con todo su amor.
    Las palabras las tejes muy lindas, te atrapan como la tela de tus arañas atrapa moscas o gotas de rocío en la mañana. Dan ganas de quedarse en ellas, estirada, rememorando... con el riesgo de que venga la tejedora dispuesta a confeccionarte una lujosa mortaja de hilo de seda para después ir chupándote la vida, como el tiempo que va pasando y, sin darnos cuenta, se nos fue el domingo.

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  2. Eu xuraría que a calceta foi o presaxio do tecleo. Antes con espitas e lá; agora con teclado e pantalla. Antes xerseis de raias; agora blogues de intencións...

    Bicos con punto de cruz

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  3. tu madre estará encantada con "el tiempo entre costuras", espero que pueda verla, aunque tenga que pegarse a la televisión, a mi abuela también le hubiera encantado, estoy seguro, la guerra de fondo, la profesión como pasión, como herramienta de supervivencia, también. recuerdo quedarme embobado con el influjo de la singer, en perpetuo traqueteo, juguetear con su enorme caja de botones, los alienaba, los organizaba por colores, no sé qué demonios podría inventar con unos botones, pero así me pasaba las horas. anyway, te ha quedado un vídeo precioso, últimamente estás que lo bordas! :)

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    1. ¿los alienaba? los alineaba! si leyera antes de publicar y no al revés, me ahorraría estas meteduras de pata :P

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  4. Cuando era pequeño recuerdo a mi abuela materna haciendo ganchillo un dia y otro y otro...aquello no acababa nunca. Me fascinaba la rapides de aquellos dedos... Mi madre también le daba al tema. Incluso de vez en cuando, nos hacía algún jersei de punto a mi hermana y a mi. Una tarde en verano, mi abuela le estaba enseñando a mi prima a hacer ganchillo. Me pareció interesante el tema, y me enseñaron también...
    Después, me dijeron que aquello era algo "de niñas", por lo que dejé de paracticarlo, no fuese que alguien me viese hacerlo...jejeje...(algún tiempo después supe que algún amigo también sabía hacer ganchillo)
    Hoy en día lo olvidé por completo y no por ello soy más ni menos hombre...Aún coso algún botón pero poco más...Mi estupidez de entonces y el tiempo que pasó hizo que me olvidara de cómo se hacía...

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  5. No he podido ver el video, de momento. Mi portátil se lo ha llevado, provisionalmente, mi hijo y en mi media hora del café que me paso un ratito a ver mis correos, mi blog, etc. tampoco puedo verlo porque la red de la xunta tiene capados los youtube... pero lo veré! :)
    ahora sólo quería decirte lo buena idea que me parece lo de tejer: todo lo que cuentas me parece entrañable, esos recuerdos tamizados por el tiempo, valorados en la imposibilidad de revivirlos. Tejer dicen que relaja, que deja la mente libre. Y además, la satisfacción de construír nuestros propios regalos para los que amamos..

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