Más 20 N

El representante de la administración vigilaba mientras ojeaba el periódico. El hombre, casi calvo y con bigote, tenía una voz jovial y nada acorde con su imagen. Días antes me había llamado por teléfono para que fuese a buscar la documentación al ayuntamiento, al concello. Una vez allí comprobamos que ya nos conocíamos. No me sorprendió demasiado porque yo ya sabía que trabajaba allí, y se me había pasado por la cabeza que podía ser él el del teléfono... Incluso en persona había tenido alguna vez esa sensación de descuadre entre voz  e imagen.

¿La espada por el mango?

La última vez que nos habíamos visto me había preguntado si todavía estaba el médico en consulta. La anterior, se pasó un buen rato quejándose del según él maltrato por parte de una enfermera, bastante airado, a la que no le pondría una reclamación para no darle a ella el gusto de poder contestarla.... Un tipo muy educado y comedido en general, por eso el hecho de que yo lo había visto en esa tesitura pensé que  lo haría sentir incómodo, a la defensiva conmigo, o quizá quisiera vengarse de alguna manera de la enfermera en mi propia persona.

En general se mostró correcto, pero no muy amable. Creo que, aunque sabía que me conocía de algo, le pasaba un poco como a mi, que al estar de cara al público no acabas de saber de qué conoces a tanta gente....


Una hora antes, cuando había llegado después de dar por terminada la votación, pensé que también había llegado la hora de su venganza.... Un detalle que preferí dejar pasar unas horas todavía más tempranas volvía para cuadrar en un lugar incómodo para mi: unos sobres con papeletas del PP dentro estaban en una esquina de la mesa donde durante el día estuvieron las papeletas y los sobres que podían coger los votantes que no  trajeran el voto ya preparado de casa.


- Sra Presidenta ¿qué hacen estos sobres aquí? ¿sabía usted que aquí había unos sobres con votos preparados? - "tierra trágame" pensé a la vez que balbuceaba
- No, no.. yo no 
- No - dijo con mucho convencimiento el apoderado del PP - esos sobres no estaban ahí antes. Son míos y los puse ahí ahora cuando ya cerramos la puerta. Lo siento, es cierto que no tenían que estar ahí- 
No. No tenían que estar ahí. Quizá yo no había hecho bien mi trabajo. Durante toda la jornada me había levantado y revisado la cabina y la mesa. Que no haya de más ni de menos de ninguna. Todas en línea, que ninguna papeleta se salga insinuante del montón... Soy íntegra y profesional, que no quepa duda alguna. Pero ¿y si los sobres pasaban desapercibidos entre los vacíos?. No estaba segura de que el Coronado dijese la verdad. Por otro lado reflexioné un poco: si aquellos sobres con voto preparado estuviesen allí antes alguien lo hubiera descubierto, y lo hubiera dicho..... ¿salvo que fuese del PP quizá?
Sabía que los sobres eran del Coronado, porque había visto como los cogía y manipulaba en un momento dado. Yo lo escruté y él lo supo. Así que los guardó en su elegante bolso de hombre, aunque con mucha naturalidad, al fin no me tenía miedo ninguno. Sin duda yo encontraba reprochable el hecho de que trajese sobres preparados, pero él seguramente no lo vería así...
No podía evitar que los apoderados e interventores hiciesen campaña entre los que se acercaban a ellos, pero.... sobres preparados no se podían permitir..... No me gustó ver ese detalle. Y qué podría decirle... Preferí dejarlo pasar.
Nadie dijo nada. Ni siquiera el interventor del BNG ni tampoco la apoderada del PSOE. Creo que ya se sentían vencidos de antemano, y les daba todo un poco igual.... 
A mi no me daba igual. 
El representante de la administración torció un poco el gesto y dio por zanjado el asunto. En ese momento supe que no tenía nada personal en mi contra. Hubiera sido injusto, porque me cae mejor que la enfermera que lo "maltrató" en el centro de salud.... aunque él no lo sepa. 
Otra de las interventoras del PP se acercó unos minutos después para recoger los sobres de la discordia y guardarlos en su bolso.

Continuará.

Molotov: dame todo el power