Me parece que es más bien voluntario. A veces pasan cosas que te lo ponen difícil, pero la voluntad se ejercita, y se hace fuerte repitiendo el ejercicio una y otra vez, como si de un músculo se tratase. Y así, cuanto menos lo trabajes, más difícil te lo pones…
Tonificación!!, tienes que chillarte por dentro. Venga! no te dejes vencer! Otros veinte abdominales más!! jaja
Y ser feliz es un poco contagioso. Las personas optimistas te ofrecen un influjo positivo que realmente incide en tu forma de ver la vida. Una sonrisa de fuera, generosa, puede ser tu salvación en un momento dado.
También están las tendencias. Claro. La genética. La educación. La familia. Los amigos. Y no es lo mismo vivir en un cuerpo atlético que en uno enclenque, necesitas más voluntad para ser feliz si eres por naturaleza de carácter pesimista… Y quizá sí que sea un acto reflejo para algunas personas lo de ser feliz o infeliz…
Y vivir. Vivir también puede ser un acto reflejo o un acto voluntario. Aquello de pasar la vida o que la vida pase por ti. Vivir y ser vivido. Enterarte de lo que te pasa, a ti y a tu alrededor. ¡Cuántos ni se enteran de la cuarta una mitad! Y nadie se entera de todo. Y así acabamos de nuevo en el tema de las percepciones…
Y siempre habrá quien esté mejor y quien esté peor que tú. Y siempre los habrá mejores y peores. La vida es un devenir de términos medios. Péndulos y ondas que nos rodean. Equilibrios más o menos inestables. Realidades móviles, con el tiempo y el espacio. Verdades que serán mentiras, mentiras que se convierten en verdad….. Pasados y Futuros unidos por un presente inequívoco difícil de percibir en toda su magnitud, por efímero e inestable….
Arenas movedizas.
La insoportable levedad del ser. Existencias antes ni sospechadas y ahora tan presentes y reales. Seres que desaparecen y parece un sueño que hubiesen estado ahí…. Y tu cabeza que se recrea en todas las mentiras de hoy, verdades del ayer, verdades del mañana…
¿Veinte años no es nada?
Se puede aprender a ser feliz, que lo sepáis todos los que no lo sabéis todavía….
Y a veces, 5 minutos lo son todo.
La foto es de hace 30 años. Lo que se ve detrás de mi es el monte de San Pedro, en Coruña. Los que conocen A Coruña se darán cuenta de lo distinto que se ve…. Ese carro de vacas estaba aparcado enfrente de la casa de nuestro vecino, que reformada y sacando las cortes fue la casa de las chiquilinas….. Pues sí, viví al lado de un burdel…., en plena plaza de Los Rosales de hoy, algún día os contaré… jaja. Ahora hay toboganes y columpios para los niños. Yo recuerdo jugar en aquel carro dando volteretas y haciendo tanto ejercicio como los niños de ahora cuando se enredan en las nuevas atracciones. También teníamos, los niños del barrio, un columpio que recuerdo enorme, con una tablita y dos cuerdas colgando entre dos eucaliptos gigantes. Recuerdo ir a columpiarme por las tardes mientras los gaiteiros ensayaban en aquel claro de monte, cerca de nuestras casas, y yo subía más y más alto. A veces nos daban dos conchas de vieira y nos dejaban tocar con ellos. Aquellas felices tardes de verano, que tan lejos quedan ya…
Por cierto, la foto la sacó mi querida hermana, que fue la fotógrafa oficial de todos los eventos familiares durante mucho tiempo. Es una foto estupenda ¿a que sí?
Había prometido, en la Chousa, publicar una foto vestida de mi primera comunión. Y aquí está. Sen tempo non foi… jajaja