viernes, 16 de noviembre de 2018

ESPERANZA

Lo miré y me dio miedo. Miedo por él. Qué pasará, que misterios habrá...  :)  en esa cabeza. Y como si fuese magia hubo una conexión, de la que no me di cuenta... fue algo accidental? No sé. Le pasé el miedo, yo, o quizá fue él el que me lo dejó ver en su cara aniñada todavía. Miedo y desesperanza. No hay futuro. Qué futuro nos espera. A mi me da igual, me quedan como mucho 40 años. A él 90?
Sonó una alarma.
No me puedo relajar. Tengo que levantarme y tirar. Por él, por ella, por los que vengan. Tengo que sacar la esperanza de ese rincón escondido. La escondí porque quisiera que los demás tomen conciencia de lo mal que está todo y dejen de ignorarlo.... Pero resulta que ahora tengo que sacarla y presumir de ella para que mi hijo venza la desesperanza y la depresión.

Y le digo, con la mayor convicción de la que soy capaz, que la humanidad tiene capacidad para sorprendernos, para admirarnos, para regenerarse, para seguir adelante... Que sí que hay un futuro, que no está todo perdido, que es incierto sí, pero por eso, no debemos de perder la esperanza. Porque hubo momentos terribles en la historia de la humanidad, que podríamos haber sucumbido hace mucho tiempo, pero siempre seguimos adelante... Y aquí estamos. Ahora estamos aquí. Y tenemos que disfrutar el presente y tener esperanza en el futuro. Pero sobre todo, disfrutar el presente y poner nuestra parte en mejorar las cosas, aunque es cierto que no podemos solucionar todo, no está en nuestra particular mano.... Pero sí está en nuestras manos... en muchas manos juntas empujando en el mismo sentido, o tirando, o aguantando... simplemente...

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