sábado, 19 de julio de 2014

Sentimientos, instintos, realidades

Seres divinos, creadores de nuestra propia realidad... dice Miquel...
Debe ser...
Estamos diseñados para ser felices. Nuestro cerebro está diseñado para crear una realidad que nos haga feliz... dice Miquel...
Y debe ser...
Es. Sin duda.
Yo soy feliz. Sin embargo tengo algunos aspectos, negativos, en mi vida... que vienen mezclados, complicados, enmarañados en mis neuronas... Tiro de un lado y de otro, intento extirparlos de mi cabeza, pero me doy cuenta de que no son ajenos a mi, son míos también... son mi propia materia, son yo misma... y no quiero cercenarme... extirpar. No quiero. 
No quiero cambiar. El cambio me supone un esfuerzo increíble: me produce miedo, desasosiego, incertidumbre, molestia, infelicidad... Pero no enfrentarme a eso también me produce un sentimiento negativo hacia mi misma: soy una cobarde? una desertora? una irresponsable? una estúpida? me complico? quizá no tengo que cambiar? acaso no soy lo bastante feliz?? soy demasiado conformista??

Mi instinto me dice que no debo preocuparme, que no tengo por qué tomar decisiones precipitadas, que puedo dilatar tanto como necesite, como quiera.... por un lado. Pero tengo días en los que me urge poner diques a la tranquilidad, freno a la inercia, necesito un cambio... Pero la inercia es muy fuerte... Tan fuerte. 
Un día me siento más capaz, y puedo con todo, pero al día siguiente pago los esfuerzos y necesito descansar... El agua vuelve a su cauce... Y qué puedo hacer yo, divina, creadora de mi propia realidad??
Nos engañamos. Creemos lo que nos conviene... o no. Y son esas creencias, esas realidades, de hoy, mentiras de ayer y de mañana, las que nos hacen felices o infelices.

Y a pesar del sentimiento de "no cambio", resulta que sí cambiamos. Nos cuesta verlo, pero cuando conseguimos elevar la perspectiva sí que lo vemos... Yo ya no soy la misma de ayer. Supongo que no seré la misma que mañana. 
Sondeo en mi pasado buscando los cambios bruscos... pero casi no los identifico... No sé... Qué pudo cambiar drásticamente mi vida?? Veo cambios externos: mi primera boda, me fui a Madrid, volví, nos separamos, conocí al Druida, aprobé las oposiciones, trabajé por cuenta ajena, me sentí segura (a raíz de tener trabajo me sentí autosuficiente), tuve a mis hijos... 
Quizá mis partos... ser madre me ha cambiado... Sí. Para mejor. Pues creo que sí. Sí me siento más poderosa y creo en mi divinidad... Ahora sí creo que mi realidad no depende de acontecimientos externos.... pero.... es que me va bien...
¿Y si perdiese un hijo? 
¿Cómo creo una realidad que me haga feliz y eclipse una acontecimiento tan traumático como ese? Y según me hago esa pregunta me siento egoísta... tremendamente egoísta.
Mis hijos no han venido a este mundo para hacerme feliz a mi... aunque lo hacen, sólo con su existencia y cariño. 
Yo he nacido para ellos: para quererlos, cuidarlos, acompañarlos, en todas sus vivencias, las buenas, y sobre todo, en las malas...  Sería insensible si no sufriese con un acontecimiento así. Pero el sufrimiento también nos hace falta en nuestras vidas... El amor y el sufrimiento. Amamos y luego hemos de sufrir con la pérdida. Es lógico, normal, natural, y forma parte de nuestra humanidad, de nuestro ser. Y está bien. En aceptarlo está la paz interior, supongo yo.
Quizá es que cuando hablamos de realidad hablamos de sentimientos. Todo está bien si no te sientes mal, aunque las cosas pudieran ir mejor, o mucho mejor, o vayan muy mal, fatal...
Parece una excentricidad hablar de crear realidades alternativas que nos hagan felices cuando a tu alrededor ves odio, muerte, destrucción, por ejemplo, si estás en medio de un genocidio, terrible, como todos los genocidios. O si no tienes para comer, un techo que te cubra... Dinero suficiente para ti y para los tuyos, una vida digna...
Para mi es fácil. Y ahí fue una patada de culpabilidad al estómago. 
Pues nada, a escribir: culpa, miedo.. en un papel... y luego lo quemas. Puf!. Ya está. Lo dice Miquel. 
Y debe ser...
Yo huyo.
Huyo de todo eso que me hace sentir mal. Me entero de lo justo, pero ya no me obligo a ver cosas que me hacen mal si no puedo hacer nada para solucionarlas, algo que aprendí es que sentirnos mal no soluciona nada... Hemos de valorar aquello que nos hace sentir bien, recrearnos y así vivir, felices, a pesar de todo.... 
A poco que te esfuerces puedes crear realidades alternativas. Mariposas de luz y todo lo que estés preparado para ver... Sólo cambia la música, el filtro, y deja pasar lo bueno ahí dentro... A mi me funciona... casi siempre... cada vez mejor (todo se aprende... con algo de dedicación y cariño...)


5 comentarios:

  1. Confundiendo términos, tan fácil confundir las cosas. Confundir alegría y subidón con felicidad y bienestar. Aburrirse con la tranquilidad, tan humano. Si perdieras un hijo, qué tristeza, y que nadie te venga con cuentos, es positivo dejarse sentir la tristeza, la añoranza, palpar con las manos la impotencia, y vivir con eso y encontrar que hay otras cosas que valen la pena al mismo tiempo, y sentir felicidad, y al tiempo la punzada de la nostalgia y la rabia de que ya no estén contigo. Pero para eso hace falta tiempo, y que nadie te venga con cuentos de ilusión que no te importan. Hace falta transitar el duelo.
    Ante una matanza y ante la injusticia, cerrar los ojos y negarse a ver es estupidez, no felicidad. Felicidad que depende de una misma es otra cosa.
    A veces nos confundimos, como estamos tristes, o enfadados, nos negamos la simultaneidad de las emociones, a veces, como estamos tan contentos, negamos que los otros puedan tener un bajón. Nos empeñamos en rescatarlos, como si su bajón emponzoñara nuestra alegría. Entonces, no les dejamos ser dueños de su propia felicidad (y elegir cuándo ser felices).
    Cambiar es complicado, a veces nos resulta cómoda la incomodidad conocida. Y eso no es felicidad, es conveniencia.
    Da para varios libros. Te abrazo.

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    1. Pues sí, lo cierto es que yo vivo confundida la mayor parte del tiempo... Cuando llego a alguna conclusión (las poquísimas veces...) pues puede pasarme, e incluso me pasa, que las cosas cambian... no... perdón... mi mirada, mi perspectiva cambia... y ya no estoy segura de nada...
      Es sano no estar segura de nada... Puede ser... Pero cómo caminar, tomar decisiones correctas, con este devenir de realidades, conclusiones, perspectivas....
      Desde el sentimiento positivo no te equivocarás nunca?
      Y claro, ves?, ya me estoy confundiendo otra vez... :) No se trata de tomar decisiones desde el sentimiento positivo (y si ya a priori no te pones en las buenas... ya me dirás... ), si no de afrontar positivamente las consecuencias de tus decisiones tomadas desde la razón... el pensamiento más o menos arriesgado... la premonición... teniendo en cuenta las premisas... no a lo loco... Y tu instinto... que debe ser tu inconsciente sopesando esas cosas que tu razón no entiende, pero que sabes, conoces... allá, muy dentro de ti... :P
      Para varios tomos bien gordos.
      Pues yo voy y te planto un beso :)

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    2. Releyendo tu comentario se puede llegar a la conclusión de que me llamas estúpida infeliz.... Estúpida porque hago estupideces... :)
      Si no me permitiese huir de toda la información audiovisual que me llega de todas las partes del mundo sobre las injusticias y vejaciones que se producen estaría amargada permanentemente. Hubo un tiempo en que no me afectaban tanto... pero ahora, soy hipersensible a todo ese sufrimiento... que siento demasiado cerca.... y no puedo aliviar. Yo pongo mis granitos de arena siempre que puedo, por supuesto, pero me permito alejarme, cerrar los ojos, y no "recrearme", una vez conozco la noticia. No descarto ser un estúpida... de todos modos, alguna vez he llegado yo misma a esa conclusión...
      :)

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    3. ¿Tú te tomaste algo feo entre las 23:06 y las 23:29? Sea lo que sea, te sentó mal. Tu primera respuesta me pillaba mejor que tu segunda. Yo no te llamé estúpida. Ahora te llamo boba. :P y te planto dos besos, para que veas :D

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    4. A veces me dan jamakukos... Ni caso.
      :)

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